El contrabando y la prendería a medio uso, son los eternos enemigos del sector microempresarial, que hacen tambalear la economía, ya que hasta la fecha en Oruro, al menos el 60% de los afiliados a la Federación Departamental de la Micro y Pequeña Empresa (Fedemype), cambiaron de rubro o doblegan sus actividades para poder sustentarse.
Desde hace tiempo, los pequeños productores intentan competir frente a los reducidos precios de productos que evaden formalidades e ingresan por vía ilegal.
De acuerdo a las estadísticas de este sector, al menos el 60% de sus afiliados, ya no se sustenta sólo de la actividad.
“De 1.000 que éramos, más de la mitad ha migrado o ya no tiene su emprendimiento como actividad principal. Lo que pedimos son mercados, protección del contrabando y de los informales y el fortalecimiento, porque si no vamos a tener tecnología avanzada de manufactura tampoco vamos a estar a la altura de tener buenos productos”, manifestó el presidente de la Fedemype Teodoro Chambi.
Autoridades
Desde el Gobierno Autónomo Municipal de Oruro (GAMO) garantizan espacios para la comercialización de productos, operativos para evitar el comercio informal y las campañas de concienciación para apoyar el consumo local.
“El tema de contrabando es una lucha a nivel nacional, nosotros estamos encarando ferias y viene una grande, para impulsar el producto orureño. Estamos trabajando con muchas acciones desde operativos en mercados y de concientización para impulsar el consumo local”, respondió el director de Desarrollo Productivo del GAMO, Ronald Olguín Almendras.
La Fedemype, tenía en registro hasta el 2019 a 14 unidades productivas y 1.000 afiliados, que tras la pandemia, dejaron el rubro o se dedicaron a la gastronomía y otros trabajos temporales.
Ahora intentan reactivarse y seguir compitiendo en el mercado frente a la informalidad, contrabando y prendería usada, a quienes califican como sus principales enemigos.
