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La dieta materna influye en los rasgos faciales de los bebés, según estudio

La nutrición materna afecta el desarrollo facial según investigación / Fepadiet
Un estudio por Nature Communications revela cómo la nutrición materna impacta el desarrollo facial.


Un estudio realizado en ratones ha revelado que el contenido proteínico de la dieta de la madre embarazada puede influir en la forma de los rasgos faciales de su descendencia. Los resultados, publicados en la revista Nature Communications, destacan la importancia de los factores ambientales, como la nutrición materna, en el crecimiento del feto y en el desarrollo de la forma facial.

El desarrollo de los rasgos faciales es un proceso complejo que ocurre en el útero. Aunque se han identificado causas genéticas, también se sabe que los factores ambientales desempeñan un papel importante en la formación de los rasgos faciales más sutiles durante el desarrollo.

Investigación en embriones humanos y animales

Para investigar más a fondo este fenómeno, investigadores de la Universidad Médica de Viena y de la Universidad de Gotemburgo utilizaron un método para buscar «potenciadores» en embriones humanos. Estos potenciadores son regiones de ADN que regulan la expresión génica durante el desarrollo facial.

El equipo de investigación cruzó estos potenciadores con una lista de genes que se sabe que influyen en la variación de los rasgos faciales humanos. Descubrieron que varios de estos potenciadores estaban relacionados con genes asociados a la vía mTORC1, que controla los procesos celulares en respuesta a la nutrición.

Impacto de la dieta materna en los rasgos faciales

Los resultados de los experimentos en ratones y peces cebra mostraron que la activación de la vía mTORC1 durante el desarrollo embrionario temprano resultó en rasgos faciales agrandados y cartílago nasal grueso. Por otro lado, la represión de esta vía llevó a una cara alargada en el pez cebra y a un hocico alargado en los ratones.

Además, los embriones de ratonas gestantes alimentadas con una dieta rica en proteínas mostraron alteraciones en la señalización de mTORC1, así como cápsulas nasales más grandes y huesos maxilares más bajos en comparación con los embriones de ratonas gestantes alimentadas con dietas bajas en proteínas.

Interacción entre la dieta materna y la genética

Los investigadores sugieren que los cambios en la dieta materna podrían interactuar e influir en la compleja maquinaria genética que crea una serie de rasgos faciales individuales. Sin embargo, destacan que se necesita más investigación para comprender completamente el papel de la vía mTORC1 en la formación de los rasgos faciales humanos.

El estudio concluye que comprender los mecanismos subyacentes del desarrollo de los rasgos faciales no solo proporcionará nuevos conocimientos científicos, sino que también ayudará a desarrollar enfoques clínicos más eficaces para el tratamiento y prevención de defectos congénitos relacionados con los rasgos faciales.


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