El sistema Alerta Acústica para Vehículos Automotores (AVAS) se puso en vigencia en los coches eléctricos, híbridos enchufables o de hidrógeno con el objetivo de reducir el riesgo de atropello a peatones.
Un estudio apoyado por el Parlamento Británico en 2014, afirmó que estos vehículos causaban un 40% más de atropellos debido a su ausencia total de ruido, lo que presentaba un problema para peatones, ciclistas o personas invidentes.
Para solucionar este problema, la Unión Europea estableció que cualquier coche nuevo vendido en su territorio debe tener obligatoriamente el dispositivo AVAS instalado. Su función es alertar a los demás usuarios de la vía sobre la presencia del vehículo y reducir así el riesgo de accidentes.
El reglamento delegado también establece las especificaciones técnicas que deben cumplir los dispositivos AVAS.
Estos deben emitir un sonido desde que el coche está parado hasta que alcance una velocidad de 20 km/h para otorgarle visibilidad ante los demás actores de la vía. Además, se establecieron niveles acústicos entre los 56 decibelios (el nivel de una conversación normal) y los 75 decibelios (el nivel del tráfico urbano).
En cuanto a los automóviles híbridos, cabe destacar que el AVAS no generará ningún ruido cuando el motor de combustión esté encendido y solo se activará mientras sea el propulsor eléctrico quien gobierna al coche.
Con la ayuda del sistema AVAS, peatones y ciclistas pueden percibir fácilmente la presencia de un vehículo y evitar posibles accidentes.