Desde la Embajada de Estados Unidos se comunicó por escrito al Gobierno de Luis Arce, su intención de extraditar a ese país al exjefe antidroga Maximiliano Dávila, para responder por cargos de narcotráfico.
Según el documento, Dávila es requerido por Estados Unidos por tráfico de drogas y delitos relacionados con armas de fuego, en el marco de una acusación presentada en 2020 en Nueva York.
“Por favor, tenga el Ministerio la seguridad de que, si Dávila Pérez es detenido preventivamente, Estados Unidos presentará una solicitud de extradición completa con los documentos de respaldo requeridos dentro del plazo de 60 días”, señala la nota cuyo contenido fue difundido este miércoles por La Razón.
Asimismo, la acusación en EE.UU. apunta a que Dávila es considerado como miembro de una organización que operaría en Bolivia para la distribución de cocaína en el país norteamericano.
Según la nota, cuya traducción no oficial fue publicada dicho medio, Dávila “usó su posición y conexiones oficiales para, entre otras cosas, asegurar el acceso a aeródromos bolivianos con el fin de facilitar envíos de grandes cantidades de cocaína y para organizar protección armada por parte de fuerzas del cumplimiento de la ley de esos envíos de droga”.
Dávila permanece detenido preventivamente en la cárcel de San Pedro, acusado por el Gobierno boliviano de legitimación de ganancias ilícitas.
La investigación contra Dávila en el país surgió al conocerse que la Administración de Control de Drogas (DEA), lo indagaba por tráfico de drogas y armas a Estados Unidos.
Anteriormente, el coronel fue jefe de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (Felcn) en el Gobierno de Evo Morales y, cuando el Movimiento Al Socialismo (MAS) regresó al Poder, fue designado como Comandante departamental en Cochabamba.
ANTECEDENTES
El texto añade como antecedente que el exjefe antidrogas y sus cómplices, incluyendo fabricantes y proveedores de cocaína, participaron en una serie de reuniones y llamadas telefónicas grabadas legalmente por fuentes confidenciales que trabajan en nombre de las autoridades norteamericanas.
Durante esos encuentros, Dávila se refirió, entre otras cosas, a su posición en las fuerzas bolivianas del cumplimiento de la ley, a los aeropuertos en Bolivia, donde, según afirmó, controlaba las operaciones de seguridad, así como a su capacidad para desviar la atención y recursos lejos de las operaciones de tráfico de cocaína a gran escala a favor de los confabuladores.
El exjefe antidrogas, en última instancia, acordó proporcionar agentes de la ley armados con ametralladoras para garantizar la protección de un cargamento de drogas en un aeropuerto, donde los confabuladores, habían acordado entregar más de 1.000 kilos de cocaína que se sacarían de Bolivia para su importación final en Estados Unidos y, en específico, en la ciudad de Nueva York.
“El caso contra Dávila Pérez se basa en evidencia de varias fuentes, incluidas grabaciones de video y audio de reuniones y llamadas telefónicas obtenidas legalmente, el testimonio de co-confabuladores y/o informantes, y evidencia física que incluye muchos kilogramos de cocaína incautada”, da a conocer la traducción no oficial de dicho documento.
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