Se tiene previsto la construcción de una segunda planta de urea, la cual tendrá el doble de la capacidad de producción con relación a la actual petroquímica de Bulo Bulo, informó este domingo, el presidente de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), Armin Dogarthen.
El nuevo complejo ya instalado en el Trópico cochabambino, fue cuestionado en diferentes ocasiones por especialistas del sector, debido a sus continuos paros desde que comenzó a operar en 2017.
Dogarthen anunció que el nuevo proyecto será exclusivo para la exportación del producto, debido a una demanda insatisfecha en Brasil y Argentina, siendo los principales mercados de venta del insumo.
Asimismo, reveló que existe requerimiento del producto en Perú, Uruguay, Panamá, Colombia y Ecuador.
“Tenemos una planta rentable, por eso estamos planificando la construcción de una segunda planta. Tenemos un mercado gigante como Brasil, pero no solo queremos este mercado, sino también Argentina, Paraguay, Uruguay. Tenemos solicitud en Panamá, Colombia y Ecuador”, resaltó.
Producción de la planta de Bulo Bulo
La autoridad detalló que actualmente la planta de Bulo Bulo opera a un 79% de su capacidad instalada y en julio el complejo entró en un paro programado y se espera que comience a operar a un 100% de su capacidad.
Indicó que a la fecha la industria generó más de $us 160 millones de ingresos; sin embargo, se tiene previsto que hasta fin de año pueda generar $us 300 millones.
Conflictos en las operaciones
Hasta el 2019 la industria arrojaba pérdidas; y antes de la renuncia de Evo Morales se ordenó parar las operaciones por falta de insumos, de acuerdo a informes técnicos de la YPFB, ANH, y el testimonio escrito de un especialista; reportó el diario El Deber.
Durante la gestión de la expresidente Jeanine Añez, la planta estuvo parada porque los problemas heredados no fueron solucionados; por otro lado, su administración tampoco avanzó en un plan concreto para reactivar el proyecto.
Cuando Luis Arce asumió la Presidencia, el complejo demoró más de seis meses en volver a operar, pero por debajo de su capacidad instalada; y en su primer año se evidenciaron denuncias de malas operaciones dentro de la planta.
Pese a la situación, YPFB defendió el proyecto y rechazó estas denuncias, asegurando que la planta es rentable, debido a la demanda que existe en este momento por el fertilizante, tras la guerra entre Rusia y Ucrania.
“Por la segunda planta estamos haciendo el análisis de factibilidad. Estamos diseñando y viendo cuánto sería la inversión y el objetivo es tener el doble. más 4.000 toneladas por día. Es un negocio rentable y podemos volvernos un centro importante para la agricultura de la región”, sostuvo el presidente de YPFB.
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