La fuerza opositora boliviana Creemos informó en horas precedentes que envió misivas a la Unión Europea (UE) y a las Naciones Unidas para denunciar que en el país existe una «persecución política» y reiterar que en 2019 «no hubo un golpe de Estado» como afirma el oficialismo, sino un «fraude electoral».
«Estamos haciendo una representación como diputados planteando que en Bolivia no ha habido un golpe de Estado, sino hay persecución política y se están implicando de manera falsa a líderes que participaron de la pacificación», explicó a EFE la jefa de bancada de Creemos en el Senado, Centa Rek.
La senadora y otros parlamentarios de Creemos enviaron cartas al embajador de la UE en Bolivia, Michael Dóczy, y a las Naciones Unidas en las que aseguran que los procesos judiciales conocidos como «Golpe de Estado I y II» fueron creados «para acallar a la oposición y encarcelar a exautoridades, cívicos, militares de forma injusta y arbitraria».
«Se ha empezado a perseguir a líderes políticos de oposición citándolos a la toma de declaraciones. El Movimiento Al Socialismo (MAS) persevera en este sometimiento que está haciendo la Justicia generando acciones que no tienen una base legal», afirmó Rek.
Además, recordó que entre los citados a declarar por el caso «golpe de Estado I» están el expresidente, Jorge Quiroga, el gobernador de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, y el exmandatario y líder de la también fuerza política opositora, Comunidad Ciudadana, Carlos Mesa.
Para Camacho, la suspensión de su audiencia por el caso “golpe de Estado I” es una “chicanería”. Los fiscales suspendieron la audiencia prevista para el martes reciente denunciando que recibieron amenazas de muerte.
Mediante su cuenta en Twitter, Camacho afirmó que “es el típico recurso de la justicia masista: La dilación, la chicanería y el jugar al desgaste”.
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