En ocasión de la celebración del 27 de Julio como “Día del Juez” que se instituyó a la memoria del nacimiento del insigne jurisconsulto Pantaleón Dalence Jiménez, hombre probo que enseñó a forjar la nacionalidad predicando el credo del principio de legalidad y constitucionalidad, proclamando que: “LA ÚNICA SERVIDUMBRE QUE NO MANCHA ES LA SERVIDUMBRE A LA LEY”.
En este magno día, expreso a los distinguidos colegas Magistrados, Jueces y Juezas del Tribunal Departamental de Justicia de Oruro y de toda Bolivia, un saludo fraterno y mi más sincero homenaje de respeto, instándoles a continuar con la denodada tarea de administrar justicia, dando a cada uno lo que por ley le corresponde, dentro de esa labor sacrificada y silenciosa, las más de las veces incomprendida, constituyéndose en el bastión de los derechos y garantías de la ciudadanía, para así recuperar la confianza de la colectividad en el órgano jurisdiccional, venida a menos en los tiempos que transcurren.
Asimismo, rindo tributo a los Magistrados que sin llevar en la frente una señal divina tienen la cualidad de ser hombres y mujeres de bien, fundamento primigenio para ejercer la magistratura con decoro. Recordemos que: “NO TODO HOMBRE DE BIEN DEBE SER UN HOMBRE DE DERECHO, MAS TODO HOMBRE DE DERECHO DEBE SER NECESARIAMENTE UN HOMBRE DE BIEN.”
A los Magistrados por vocación les brota de manera sincera y natural hablar de la excelsa misión de administrar justicia, del apostolado de la magistratura o de la autonomía e independencia suprema del Órgano Judicial.
La conducta de un Juez es la expresión del ser humano; por ello, son jueces sólo mientras se comporten como tales. En esa medida gozarán de credibilidad y respeto de la sociedad, por lo que sus sentencias serán justas y acatadas al pie de la letra.
El juez que no se comporta como tal, sigue siendo Juez solo formalmente, pero ya no lo es más ante los ojos de la sociedad. Ante ella, habrá perdido no solo su esencia de Juez, sino también su valor moral social.
El Juez, no es un vano ideal o una utopía; no es un ser elevado a los altares de la perfección, es de carne y hueso, convive con sus debilidades pero las enfrenta diariamente; yerra como todo ser humano, pero cada error es una oportunidad para superarse y de ello da cuenta no la retórica de sus palabras, sino su vida diaria y las otras que de ella quedan.
El perfil del juez asegura tanto la calidad profesional, como la idoneidad moral de sus actos, de quienes cumplen la excelsa labor de administrar justicia, requisito indispensable para el ejercicio independiente de su función. Por ello su independencia es un atributo que su estatuto jurídico puede contribuir a generar; mas es solo su solvencia profesional y moral la que les lleva a la conquista de su propia independencia.
La sociedad demanda jueces profesionales
Entonces, ¿qué define a un juez profesional?
Un juez profesional es aquel que pone la ética por encima de cualquier otro tipo de interés, es aquel que no quebrantaría el Código de Ética, cualquiera fuese la propuesta que se le hiciera para ello o la presión a la que se encontrase sujeto.
La labor que compete a los jueces y en general, a los profesionales del derecho es consolidar el sistema jurídico, el cual tiene como fin el desarrollo armónico de la colectividad y la paz social en su conjunto, garantizando una justicia accesible y eficiente.
Nuestra Constitución Política del Estado reconoce que el Órgano Judicial es el guardián permanente de la vida, seguridad, fortuna y honor de las personas, por ello el juez como autoridad jurisdiccional es el indicado para ejercer legalmente; conferido para tomar decisiones e imponer sanciones coercitivas.
El operador de justicia debe dictar sentencia, previo un estudio detenido aplicando leyes precisas, luego de un razonamiento lógico-procesal; el juez en definitiva es el señalado por el destino para conseguir la pacífica convivencia de las personas en la sociedad, en cumplimiento a la potestad que le ha conferido el Estado, como efecto de un nombramiento.
“El Juez es como una espada firme, inflexible y reluciente; no se doblega ante la arremetida del perdidoso, ni se da por vencido ante las alabanzas del victorioso, sino actúa dentro del marco de la justicia y la legalidad ya que los Jueces no están sometidos sino solo a la Ley.” impartiendo justicia con sabiduría, garantía humana y con la conciencia despierta. Jueces y Juezas capaces, justos, honestos, transparentes y humanos como lo vienen haciendo hasta hoy.
Abg. Silvia Patricia Guerra Revollo
Encargada Distrital
Representación Distrital
Consejo de la Magistratura Oruro