La sequía y las inundaciones han afectado gravemente a Somalia, convirtiendo al país en una de las principales trincheras de la crisis climática mundial. Unai Mohamed, una agricultora y madre de nueve hijos, ha presenciado cómo la escasez y el exceso de agua han devastado su tierra natal. Después de abandonar su ciudad debido a la inseguridad en 2007, Mohamed esperaba que sus cultivos comenzaran a crecer el año pasado, pero las fuertes lluvias arrasaron con todo.
Somalia ha sido golpeada por una serie de desastres climáticos en los últimos años sin tiempo para recuperarse. Según Paolo Paron, experto en tierra y agua de la FAO en Somalia, nunca antes se había registrado una sequía tan fuerte ni unas inundaciones tan devastadoras. Durante más de veinte días seguidos, las ciudades ribereñas del país estuvieron inundadas debido a las intensas lluvias.
Inundaciones históricas y sequías prolongadas
Las precipitaciones durante la estación lluviosa «deyr» superaron el 300% del promedio habitual para ese período. Sin embargo, la tierra endurecida por cinco estaciones fallidas no pudo absorber toda esa agua. Aunque Somalia evitó declarar hambruna gracias a la ayuda internacional, aproximadamente 6,6 millones de personas sufrieron inseguridad alimentaria aguda y hasta 43.000 podrían haber muerto como resultado.
Impacto en la salud y medios de vida
En el hospital central de Dollow se encuentran madres con sus bebés luchando contra la desnutrición causada por la falta de acceso a alimentos adecuados y agua limpia. Aunque los cultivos están comenzando a recuperarse después de las lluvias recientes, muchos somalíes han acumulado deudas y han perdido sus medios de vida en los que dependen más del 80% de la población: la ganadería y la agricultura.
Fuente: EFE.