El mercurio se convirtió en una amenaza para los ciudadanos bolivianos, por su alto impacto negativo en la salud de los ciudadanos donde se explota oro. La alta contaminación de este metal en los ríos, puede causar lesiones cerebrales, según informó este miércoles el epidemiólogo Virgilio Prieto, durante una entrevista con LA PATRIA Radio.
El mercurio es una sustancia tóxica catalogada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), como uno de los venenos más peligrosos que hay en el mundo, pero en Bolivia se sigue utilizando sin ningún tipo de control.
“En nuestro país aún no se ha logrado concienciar sobre la medicina laboral para evitar estas enfermedades letales (…) todos los centros mineros deberían estar preparados para manejar de manera responsable este metal”, aseveró Prieto.
El experto informó que el nivel neurotóxico del mercurio, puede afectar gravemente al sistema nervioso y en el caso de las mujeres en gestación hay una gran posibilidad que el niño pueda nacer con algún retraso mental.
Además, señaló que en Bolivia no existe un control sobre la compra y venta del mercurio, tal sustancia se usa en la minería aurífera, contaminando los ríos y poniendo en riesgo a la salud de la población en general.
“Es importante que podamos cumplir lo que dice el Código Sanitario respecto a la medicina laboral (…) por cada empresa con más de 100 trabajadores, debe haber un médico especializado en medicina del trabajo, para prevenir todos estos riesgos y ayudar a salvar la salud ambiental y laboral”, recomendó el experto durante una entrevista con LA PATRIA Radio.
ANTECEDENTES
El mercurio es un elemento metálico líquido que ayuda a separar y extraer el oro de las rocas, arena u otro material.
En el país se importa un promedio de 180 toneladas de mercurio al año, cuando se necesitan solo entre 60 y 90 toneladas. La mayor parte de esta sustancia se destina a la explotación del oro.
Esa situación ubica a Bolivia como el segundo importador más importante de mercurio a nivel internacional, después de la India, según una investigación realizada por la agencia de noticias Fides.
INVESTIGACIÓN
Tras un arduo trabajo de investigación, el periodista Sergio Mendoza Reyes de Stringer in Bloomberg News, informó que en Bolivia, se ha demostrado que contamina ríos y enferma comunidades indígenas. Lo que muchos ignoran es que también envenena el aire de las ciudades de La Paz y El Alto, sin que las autoridades hagan algo al respecto ni se conozca la magnitud de la contaminación.
Las plantas bajas de los edificios de la calle Tarapacá en La Paz, están repletas de letreros: “Se compra oro”, “Se funde oro en cualquier estado”, “Hay mercurio”.
Esta calle es conocida por las incontables joyas expuestas en los mostradores. Aquí no solo venden mercurio para la minería, también lo queman en unos hornos artesanales, que arrojan la sustancia tóxica a través de sus chimeneas.
Cuando un horno funciona se oye el soplete alimentado por una garrafa y tanques de oxígeno. El vapor sale por las chimeneas que apuntan a la calle. Se eleva y se dispersa, se pierde de vista. Las paredes y letreros alrededor de estas chimeneas están teñidos por el uso constante.
Asimismo, señaló que también llegan los mineros para comprar las botellitas de mercurio. Cada una contiene un kilo y cuesta 1.200 bolivianos (175 dólares); pero también se vende por gramos. El contenido se vacía en unas bolsitas de nylon o en otro recipiente.
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