El Papa Francisco recomendó a los jóvenes «consumir menos carne» para contribuir a «salvar el medio ambiente». Con esa declaración inició un mensaje dirigido a los participantes de la Conferencia Europea de la Juventud, que se realiza desde este lunes hasta el miércoles en Praga.
Bergoglio indicó que le alegra comprobar que, mientras las generaciones anteriores hablaban mucho y concluían poco, los jóvenes de hoy son capaces de tomar iniciativas concretas. Por ello, les animó a luchar contra la «tendencia autodestructiva» y a aspirar a una vida «digna y sobria, sin lujos ni derroches, para que todos puedan habitar el mundo con dignidad».
«Es urgente reducir el consumo no sólo de combustibles fósiles, sino también de muchas cosas superfluas; e igualmente, en ciertas zonas del mundo, sería conveniente consumir menos carne, esto también puede ayudar a salvar el medio ambiente», declaró el Sumo Pontífice durante su mensaje, según reporte de Europa Press.
El Papa mostró su esperanza en los jóvenes de hoy en día, según él, atentos, menos ideologizados, acostumbrados a estudiar en otros países europeos, abiertos a las experiencias de voluntariado, sensibles a las cuestiones medioambientales.
«Vosotros, jóvenes europeos, tenéis una misión importante. Si en el pasado vuestros ancestros viajaron a otros continentes, no siempre por intereses nobles, ahora os toca a vosotros presentar al mundo una nueva cara de Europa», manifestó Francisco.
La autoridad religiosa pidió a la juventud que tenga «una mirada amplia y abierta». También les invitó a «alzar su voz» y que, viendo cómo va este mundo dirigido por los adultos y los mayores, parece ser que «tal vez» deberían los jóvenes educar «a los adultos en la fraternidad y la convivencia pacífica».
Rechaza las escuelas de élite
Asimismo, sugirió que su mayor aspiración «no sea entrar en entornos educativos de élite, donde sólo pueden acceder los que tienen mucho dinero». Estas instituciones, según advierte el Pontífice, suelen tener interés en mantener el “statu quo”, en formar a las personas para que el sistema funcione tal y como está.
En su lugar, propuso valorar aquellas realidades que combinan la calidad educativa con el servicio a los demás.
«Son estas experiencias de solidaridad las que cambiarán el mundo, no las experiencias ‘exclusivas’ (y excluyentes) de las escuelas de élite», insistió el Papa.
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