El ministro de Justicia de Brasil, Ricardo Lewandowski, aseguró este domingo que las autoridades han ampliado su esfuerzo y el número de agentes que participan en una operación para capturar a dos presos de alta peligrosidad fugados de una cárcel de máxima seguridad.
A pesar del tiempo transcurrido desde la fuga, ocurrida el pasado miércoles en el penal de Mossoró, en el noreste del país, los organismos policiales están empeñados en la captura y han intensificado sus esfuerzos, declaró el ministro en rueda de prensa.
Despliegue policial en Mossoró
Lewandowski se trasladó este domingo a Mossoró, en el estado de Río Grande do Norte y en cuyos alrededores ha sido desplegado un gran operativo policial con el objetivo de capturar a los fugitivos. Inicialmente participaban unos 300 agentes, pero el ministro precisó que esa fuerza ha aumentado a 500 funcionarios.
Búsqueda en zona boscosa
Los agentes están desplegados en un radio de unos 15 kilómetros alrededor del penal, en una espesa región boscosa donde se presume que se ocultan los fugitivos. Estas fueron las primeras fugas registradas en una de las cinco cárceles federales de Brasil, todas ellas de máxima seguridad y donde son alojados los presos considerados como alta peligrosidad, principalmente miembros de organizaciones criminales.
Pertenencia al Comando Vermelho
Ambos prófugos pertenecen al Comando Vermelho, una poderosa banda del tráfico de drogas originaria Río Janeiro con ramificaciones en varios países sudamericanos. Hasta ahora la única pista ha sido la denuncia hecha por una familia que vive cerca del presidio rural y fue tomada como rehén por los fugitivos durante unas horas la noche del viernes.
Medidas ante la fuga
La fuga llevó a las autoridades a endurecer las condiciones carcelarias federales suspendiendo visitas y ordenando que los presos permanezcan dentro sus celdas. Según datos oficiales brasileños hacia finales del año pasado había 832.300 personas encarceladas dentro un sistema penitenciario con capacidad solo para 600.000 detenidos; aproximadamente 1.500 están recluidos dentro penales federales.
Fuente EFE