El Gobierno brasileño ha tomado medidas más estrictas en los presidios federales del país después de la fuga de dos presos de una cárcel considerada «de máxima seguridad». Las autoridades han calificado este hecho como «inusitado» y han movilizado a 300 agentes para recapturarlos.
El secretario de Políticas Penales del Ministerio de Justicia, André García, anunció que se suspenderán las visitas en los penales federales y que los presos deberán permanecer en sus celdas durante los próximos cinco días. Estas medidas se toman tras la fuga ocurrida en la cárcel federal de Mossoró, ubicada en el noreste del país, considerada una prisión «de máxima seguridad».
Fugas inéditas en cárceles federales
Estas fugas son las primeras registradas en una de las cinco cárceles federales del país, todas ellas clasificadas como «de máxima seguridad» y destinadas a albergar a presos considerados «de alta peligrosidad», muchos pertenecientes a organizaciones criminales.
Pertencia al Comando Vermelho
Los fugitivos están acusados de ser miembros del poderoso grupo criminal llamado «Comando Vermelho», dedicado al tráfico de drogas con influencia en varios países sudamericanos. Uno de ellos es Rogério da Silva Mendonça, condenado a 74 años de prisión, y el otro es Deibson Cabral Nascimento, con penas establecidas en 81 años.
Investigación y búsqueda intensiva
Se están llevando a cabo acciones para capturar a los prófugos, utilizando todos los medios disponibles. Incluso se ha dado aviso a Interpol ante la posibilidad de que intenten salir del país. En la búsqueda participan 300 agentes policiales apoyados por tres helicópteros. Además, se investiga cualquier posible complicidad interna en la fuga y se han suspendido a los directores del penal de Mossoró.
Modernización de infraestructura y sobrepoblación carcelaria
El ministro de Justicia, Ricardo Lewandowski, ha anunciado que se modernizará toda la infraestructura de seguridad en las cárceles federales después de descubrir que algunas cámaras de vigilancia no funcionaban correctamente. También se ha abierto una investigación para determinar si hubo complicidad interna en la fuga. Según datos oficiales, Brasil cuenta con un sistema penitenciario sobrepoblado, con capacidad solo para 600.000 detenidos pero albergando a 832.300 personas encarceladas hasta fines del año pasado.
Fuente: EFE