El excremento de las palomas, además de ser un elemento desgastador para las superficies, puede llegar a convertirse en una vía de infección de la salmonela que es una enfermedad bacteriana frecuente que afecta el aparato digestivo, la cual generalmente vive en los intestinos de animales y humanos y se libera mediante las heces.
Ante la incontrolada cantidad de palomas que se “apoderaron” de las plazas, parques, iglesias e incluso del Cementerio General, no solo está el problema de los estragos que ocasionan sus heces que de alguna manera hacen deslucir los espacios, sino que también representan un riesgo para la salud.
Sedes
El responsable del Programa de Enfermedades Zoonóticas del Servicio Departamental de Salud (Sedes) de Oruro, Ernesto Vásquez, mencionó que en distintos países como en Estados Unidos, en las plazas existen una cantidad de palomas, pero se encuentran controladas, situación que no represente un perjuicio para la ciudadanía.
Sin embargo, actualmente en Bolivia las plazas se hallan infestadas de palomas que si bien son una forma de “distracción” para los niños y visitantes quienes pasan el rato alimentándolas, con el pasar de los años, procrearon en tal medida que se convirtieron en una plaga.
Salmonela
En Oruro, las palomas convirtieron en “su baño” varios espacios icónicos de la ciudad, como la Plaza 10 de Febrero y especialmente la Plaza Manuel de Castro y Padilla, lugar donde es casi imposible transitar o si quiera sentarse en una banca sin estar rodeado de heces de estas aves.
A la vez, los excrementos de estas aves al momento de secarse y hacer una especie de polvillo, pueden fácilmente transmitir muchas enfermedades zoonóticas, entre las más principales está la salmonela o salmonelosis.
“Si haríamos un análisis laboratorio de sangre o de heces para ver si hay salmonelosis estamos seguros que podemos encontrar cualquier cantidad especialmente la gente que transita en estos lugares de riesgo”, apuntó Vásquez.
Según el responsable, la salmonela es más común entre los niños y personas mayores y sus síntomas incluyen diarrea, fiebre, escalofríos y dolor abdominal, pero aclaró que es más probable que se de esta infección en personas que están en permanente contacto en los parques, plazas y donde habitualmente se da la crianza de estos animales.
Casas
Asimismo, Vásquez apuntó como otro factor de perjuicio ocasionado por las palomas en las casas como la corrosión de los techos por sus excrementos, que disminuye la vida de la calamina tanto plástico como de fierro galvanizado.
Ante la problemática, el responsable del área consideró oportuno que la Alcaldía y las instituciones encargadas de esta situación, elaboren un plan operativo para controlar la procreación de las aves para mayores problemas.