La ciudad del Alto acaba de cumplir 36 años, considerada la ciudad más joven de Bolivia desde que nació, comenzó a plasmar su historia en esculturas y monumentos. Tiene aproximadamente 130 monumentos, la mayoría trabajada en cemento, un 90 por ciento presenta una posición de pie, como cualquier alteño diría: “El Alto de pie nunca de rodillas”.
Las piezas son dignas de un paseo de arte que se pueda dar en la ciudad, admirando no solo las obras de los artistas cuyos nombres aún no se revelan, sino también de muchos otros reconocidos como Víctor Hugo Barrenechea quien esculpió una escultura para El Alto, hecho en bronce donde también hizo una escultura a Simón Bolívar que se encuentra en Los Ángeles.
“También se cuenta con esculturas de Hugo Oblitas, Jean Carla Muñoz, Francine Secretan, Gaton Ugalde y otros escultores que dejaron bellas obras de toda clase de estilos. Se tiene obras realistas, surrealistas y estilizadas”, señaló el historiador docente de la carrera de Historia de la Universidad Pública de El Alto (UPEA), Randy Chávez.
Durante la pandemia, Chávez encabezó un equipo de investigadores del Instituto de Investigación de la carrera de Artes Plásticas de la (UPEA) que realizó un inventario de los monumentos que tiene El Alto.
La labor se realizó en el marco de la metodología de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), así que tiene toda la información de cada una de las obras. El trabajo ya está concluido y lleva el nombre de Registro del Patrimonio Escultórico Público del Municipio de El Alto.
El Alto muestra que en la ciudad, la mayoría de los monumentos son bustos de dirigentes trabajadores y mineros, seguidos de esculturas de cruces Chakana y de imágenes religiosas, entre las que destaca el Cristo Sagrado Corazón y el instalado camino a Villa Adela.
Aunque en menor cantidad, en El Alto también se encuentran esculturas de flores, como la Kantuta, y de animales incluso de la prehistoria, como dinosaurios.
La mayoría de esas obras están logradas en cemento, el otro tanto en resina plástica y en una mínima cantidad en bronce.
“En El Alto no hay muchas esculturas en bronce y de mármol, no se tiene ni una”, indicó Chávez.
Tras el estudio realizado por la (UPEA) también establece el estado de estas esculturas: Un 46% presenta una preservación buena, 37% regular y 17% muestran un “mal estado”.
“Muchas necesitan un mantenimiento, sobre todo las que están en pedestal porque algunas son muy bajas, como el del campesino de bronce, una de las más bellas, que está en la Ceja”, señaló.
“Cada escultura es especial y tiene su historia, que es la historia de la ciudad”, añadió.
El Registro del Patrimonio Escultórico Público del Municipio de El Alto será complementado con las historias de cada una de esas esculturas, que se pretende sean contadas por los vecinos de El Alto.
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