Un estudio realizado por la plataforma científica MapBiomas revela que la Amazonía brasileña perdió un 5,4% de su superficie de agua en 2023 en comparación con el año anterior. Esta disminución se debe a una fuerte sequía que afectó a la región. En total, la superficie de agua de la Amazonía brasileña alcanzó los 12 millones de hectáreas el año pasado, lo que equivale a un área similar a la de Portugal y representa el 2,8% del territorio del bioma.
Los expertos señalan que la sequía tuvo un impacto significativo en la población y en el ecosistema de la región. Durante más de seis meses, la superficie de agua en la selva más extensa del planeta estuvo por debajo del promedio debido a las fuertes sequías causadas por el fenómeno meteorológico El Niño y la crisis climática.
La sequía afectó directamente a las comunidades indígenas y ribereñas, aislándolas y poniendo en peligro su sustento y salud. La falta de agua también provocó la muerte de peces y la paralización del transporte acuático, que es fundamental en la región. Además, la sequía generó estrés en la vegetación, volviendo al bosque menos húmedo y más vulnerable a los incendios.
Impacto en todo Brasil
La Amazonía brasileña es responsable del 64% de la superficie de agua de todo el país. La falta de agua en esta región tiene un impacto directo en todo el territorio brasileño, ya que aproximadamente un tercio de las lluvias del país provienen de esta extensa selva tropical.
La disminución de la superficie de agua en la Amazonía brasileña es una preocupación importante debido a sus consecuencias para el ecosistema, las comunidades locales y el clima en general. Es fundamental tomar medidas para mitigar los efectos de la sequía y proteger este valioso recurso natural.