El jefe del Shin Bet, el servicio de inteligencia interior israelí, Ronen Bar, admitió su responsabilidad en el ataque del 7 de octubre durante un acto en conmemoración a los soldados caídos. Bar reconoció que la organización podría haber prevenido el ataque y expresó su pesar por las vidas perdidas en el incidente.
Parte del público abandonó el acto en protesta contra el primer ministro, Benjamín Netanyahu, quien aún no ha asumido públicamente responsabilidades por el ataque. Durante su discurso, Netanyahu enfatizó en la ofensiva militar y en la necesidad de conseguir los objetivos de guerra, mientras que el presidente, Isaac Herzog, se centró en acompañar a las familias y los secuestrados, destacando la importancia de lograr el retorno de todos los rehenes.
Protestas por el retorno de los secuestrados
El retorno de los secuestrados por Hamás, de los cuales 128 siguen en Gaza, se ha convertido en uno de los principales motivos de las protestas contra el Gobierno. Miles de personas se manifestaron exigiendo a Netanyahu que tome medidas para garantizar su salida de Gaza y su seguridad. Incluso el ministro de Seguridad Nacional, Ben Gvir, fue abucheado durante un acto en el cementerio militar de Ashdod.
Disculpas del Jefe del Estado Mayor del Ejército
En contraste con Netanyahu, el Jefe del Estado Mayor del Ejército, Herzi Halevi, aprovechó la fecha para pedir disculpas por el fracaso de las Fuerzas de Defensa de Israel en proteger a los civiles durante el ataque. Sin embargo, tanto el Shin Bet como el Ejército rechazan una investigación general por parte de la Fiscalía israelí, argumentando que podría afectar sus capacidades de combate y distraer a los comandantes.
Fuente: EFE