“Nuestro Gobierno condena los recientes disturbios en Irán, perpetrados por los sionistas británicos y estadounidenses, y estamos seguros de que todos los problemas se resolverán con la solidaridad, el conocimiento y la comprensión del querido líder de Irán”, afirmó este domingo la embajadora boliviana en Teherán, Romina Pérez.
La lucha de las mujeres iraníes se inició hace cuatro semanas, protestan de manera masiva por la muerte de Mahsa Amini, que desencadenó una ola de condenas en el mundo y una sangrienta represión.
Amini, una mujer kurda iraní de 22 años, fue detenida el 13 de septiembre por la policía de la moral en Teherán por presuntamente no respetar el estricto código de vestimenta para las mujeres en Irán, que les obliga a llevar el velo y murió tres días después en el hospital.
La embajadora hizo estas declaraciones en un encuentro con el alcalde de Tabriz, Yaqub Hoshiar Perés, y recalcó que Bolivia e Irán son países hermanos.
“Tenemos ideas antiimperialistas y nos hemos mantenido unidos contra el imperialismo”, afirmó.
Y agregó que es muy importante el frente común, formado por los pueblos contra el sionismo y el imperialismo occidental. El pensamiento sionista es uno salvaje y que no reconoce ninguna religión, nacionalidad o idioma.
El encuentro de Pérez con el alcalde iraní ocurrió luego de que los presidentes de Irán y Bolivia, Seyed Ebrahim Raisi y Luis Arce en una reunieran el 20 de septiembre pasado al margen de la 77ª sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York.
Ni la embajadora Pérez ni Arce destinaron parte de sus intervenciones a la represión iraní que, según la ONG Iran Human Rights, ya dejó 185 los muertos, entre ellos 19 niños.
MUERTES EN LAS PROTESTAS
Casi la mitad de los fallecidos fueron identificados en la localidad de Zahedán, en la provincia de Sistán y Baluchistán, donde 90 personas perdieron la vida durante una marcha celebrada el 30 de septiembre para protestar por la violación de una niña baluchí de 15 años por parte del jefe de la Policía de Chabaha.
A las víctimas de Zahedán hay que sumar otros 27 muertos en la provincia de Mazandaran, 12 en Gilan, 12 en Azerbaiyán Occidental, ocho en Kurdistán, ocho en Teherán, siete en Kermanshah, cinco en Alborz, tres en Jorasán-Razavi, dos en Kohgiluye, Isfahán, Zanjan, Qazvin y Azerbaiyán Occidental, y una en Semnan, Ilam y Bushehr.
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