En el Museo Nacional de Arqueología de la ciudad de La Paz se realizó este lunes 9 de agosto el ritual “Sutiyaqi”. El objetivo fue ponerle nombre a los restos arqueológicos de la momia de la niña “inca-pacajes” repatriada en 2019, cuyo origen se remonta al siglo XV.
En la ceremonia, realizada por un “amawta” y una “mama t’alla”, participaron representantes de la Confederación Nacional de Mujeres Campesinas Indígenas Originarias de Bolivia Bartolina Sisa, el Presidente, Luis Arce y vicepresidente, David Choquehuanca.
El nombre elegido para la momia es “SaphiI”, que en aymara significa “raíz”.
“Con la bienvenida a nuestra niña abuela queremos dejar en el pasado el Estado colonial, republicano y neoliberal; y asumimos el desafío histórico de construir colectivamente el Estado Plurinacional comunitario descolonizado y despatriarcalizado”, señala un comunicado del Ministerio de Culturas.
En tanto, el presidente de la Cámara de Diputados, Freddy Mamani, destacó esta actividad y señaló que “es un gran encuentro con nuestras raíces”.
Además, enfatizó que los padrinos encargados de ponerle nombre a estos, fueron el Presidente y el Vicepresidente, reportó el diario Página Siete.
Esta menor, de ocho años, fue enterrada en una torre funeraria o chullpa, al sur de La Paz, en el territorio de la nación Paka Jaqe. La niña en vida pudo haber sido miembro de la cultura Pacajes, del sur del lago Titicaca, que vivían bajo dominio Inca.
El estilo textil con fibra animal, concretamente camélidos, es inca, pero la momificación es más característica de la cultura Pacajes. Este hallazgo corresponde al periodo intermedio tardío y el incario entre los años 1150 d.c. a 1532 d.c., con un promedio de 680 años de antigüedad.
Los restos momificados de la niña, tras ser descubiertos y desenterrados en el siglo XIX, fueron donados en 1890 al Museo de Michigan, por el cónsul de Estados Unidos (EE.UU.) en Chile, William B. McCreery.
Luego de la Segunda Guerra Mundial la momia dejó de exhibirse y permaneció depositada en el Museo durante más de 30 años.
La repatriación se concretó el 5 de agosto del 2019. Por ahora se encuentra en un ambiente de temperatura y humedad controladas, además tiene deshumidificadores del Museo Nacional de Arqueología.
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