La noche del jueves más de un centenar de pobladores, expulsaron a la fuerza médiante gritos e insultos a al menos 85 efectivos policiales del municipio de Shinahota del Trópico de Cochabamba, mismos que fueron refugiados en el cuartel de la Unidad Móvil de Patrullaje Rural (Umopar) ubicado en Chimoré, hecho que el Gobierno desaprobó e indicó que se iniciarán acciones legales contra los responsables, señalando al expresidente Evo Morales por estar detrás del suceso violento.
Mediante videos difundidos por algunos medios de comunicación, se percibió la forma violenta en la que el grupo de pobladores, expulsaron a las fuerzas del orden, en el módulo policial de Shinahota.
El comandante de la Policía de Cochabamba, Franz Sellis, manifestó a ATB que los policías “se encuentran en un lugar seguro” y algunos -de acuerdo al reporte que tiene- fueron agredidos física y verbalmente; además, les sustrajeron algunas pertenencias como celulares. Según informó el diario Los Tiempos.
Murillo, calificó como una “humillación” lo ocurrido en Shinahota debido a que fue una vulneración a los derechos de los policías y la Constitución.
“Las Fuerzas Armadas (son) solidarias con la Policía Nacional, repudiamos y rechazamos estos actos de violencia, (pero) alineados con el trabajo que se ha ido desarrollando seguiremos cuidando la vida de todos los bolivianos», manifestó el ministro de Defensa, Fernando López.
El jueves en la tarde, los dirigentes de la Federación del Trópico dieron un plazo de 24 horas a la Policía para salir de la región, argumentando que el retorno de los efectivos policiales no fue coordinado y por los sucesos de noviembre del año pasado, aún existe “dolor” en la región.
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