Cerca de 2.000 familias en la Amazonía de Bolivia están enfrentando graves inundaciones a causa de fuertes lluvias. Hasta el 22 de marzo, más de 700.000 personas se han visto afectadas y se han reportado 49 fallecidos. Las autoridades locales, como el corregidor municipal de Reyes, Francisco Medina, están trabajando arduamente para evacuar a los damnificados y proporcionar asistencia humanitaria en comunidades como Reyes, Borja, Rurrenabaque y Riberalta.
Condiciones de vida difíciles
Las autoridades han señalado que más de 2.000 familias han resultado afectadas por esta situación. Muchos residentes están cruzando caminos y calles para llegar a sus hogares, utilizando vacas o lanchas con remos. Medina ha indicado que las autoridades están utilizando lanchas a motor y tractores para rescatar a las personas de sus viviendas inundadas y recuperar algunos artículos y ropa. «Hay comunidades que quedaron bajo el agua completamente (…) las bombas de agua de las comunidades están contaminadas», afirmó Medina.
Refugios temporales
Parte de la población ha instalado carpas a la orilla de la carretera, donde viven temporalmente mientras esperan que la intensa lluvia cese y el agua baje para poder regresar a sus hogares. Sin embargo, Medina ha pronosticado que el agua no cederá por completo en uno o dos meses y ha lamentado que la mayoría de las cosechas de yuca, maíz, arroz y plátano han quedado destruidas. Esto genera preocupación por un posible problema de seguridad alimentaria en el futuro cercano.

Necesidades urgentes
Juan Errufino, uno de los habitantes damnificados, ha comentado que el campamento temporal no es adecuado para tantas personas y que les faltan víveres, pero que deben aguantar hasta que «pase el agua». En la comunidad Real Beni, se ha instalado un campamento médico que atiende a decenas de personas que han tenido que dejar sus hogares y que, en su mayoría, presentan infecciones relacionadas con agua contaminada.
Rustiano Campo ha confirmado que el agua de consumo diario se contamina debido a los desbordamientos del río, que llevan sedimento a los pozos. «Necesitamos medicamentos, alimentación, no hay ni combustible», expresó. La Gobernación de Beni se ha declarado en emergencia y está utilizando lanchas a motor para distribuir ayuda humanitaria en los caseríos que no se pueden alcanzar por tierra debido a los caminos anegados.
Ayuda humanitaria en marcha
El viceministro de Seguridad Civil, Juan Carlos Calvimontes, ha afirmado que, debido a la temporada de lluvias, se ha superado la cifra de 700.000 personas que necesitan ayuda, entre afectados y damnificados por inundaciones y derrumbes. Calvimontes entregó el día anterior 7,6 toneladas de ayuda humanitaria para la Amazonía boliviana, la cual será distribuida entre el sábado y el domingo a las familias necesitadas.

Desastre en varias regiones
«Lo más triste es que hay 49 personas fallecidas», indicó Calvimontes, quien precisó que hasta la fecha hay 81 municipios que se han declarado en desastre, lo que significa que «ya no tienen» recursos para enfrentar las inundaciones y derrumbes. El Gobierno tiene el registro de 324.699 familias afectadas y damnificadas, 3.937 comunidades afectadas y 708 viviendas «completamente destruidas» en todo el país.
La Cámara de Senadores aprobó esta semana un crédito de 75 millones de dólares (cerca de 52 millones de bolivianos) provenientes del Banco de Desarrollo de América Latina y Caribe, para atender emergencias por desastres naturales, incluyendo lluvias e inundaciones.