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La historia no contada del supuesto Golpe de Estado

 𝑷𝒐𝒓 𝑪𝒆𝒏𝒕𝒂 𝑹𝒆𝒌

La historia comienza hace escasos días cuando se produce un encuentro entre Arce Catacora y Zúñiga, ambos graban un video propagandístico de un campeonato de basquetbol en el que se muestran como un equipo victorioso sobre otros contendores, este era el guion que supuestamente le habían sugerido a Arce Catacora sus publicistas buscando frenar los efectos de su caída de popularidad, que dicen que es estruendosa; esto lo confirmó Zúñiga en sus declaraciones.

Es evidente que sí había un plan armado entre Luis Arce y Juan José Zúñiga (encuestas internacionales nos indican que Arce Catacora hace unos días tenía un rechazó del 82 por ciento de la población) y que ante esta situación el Gral. Zúñiga, muy cercano colaborador del gobernante, aceptó dar una entrevista extensa en un medio de comunicación; entrevista en la que pretendía aparecer como guardián y defensor, brazo armado, del gobierno arcista (confundiendo gobierno con democracia y con Estado). En ese programa, Zúñiga profirió amenazas  contra todos los sectores que intenten hacer un paro o generar medidas de protesta en reacción a la alarmante situación económica que se está padeciendo en Bolivia; el guion se dirigió de manera más exclusiva a amedrentar a Evo Morales (enemigo  más temido de Arce), el mensaje fue directo y planteaba que, en su calidad de Comandante del Ejército no permitiría que se desestabilizara la gestión del Gobierno, no permitiría bloqueos, protestas, actos de convulsión, etcétera, y además tildo a Evo de mentiroso, mitómano, a quien amenazó con  tomarlo preso si se atreviese a declarar un paro o bloqueo.

Arce Catacora sí autorizó que Zúñiga conceda esta entrevista, lo que no midió fue el impacto de las aseveraciones del entonces Comandante del Ejército de Bolivia y también amigo o cuate de andanzas; sobre todo no midió la reacción que estas amenazas provocarían en el «Grupo de Puebla” tremendamente vigilante del alcance que pueda tomar la contienda fratricida al interior del MAS.

Morales de inmediato demandó el apoyo del «Grupo de Puebla”, que es la única organización internacional a la que obedecen tanto Arce como Evo. El Grupo de Puebla tomó inmediata posición exigiendo a Arce que destituya al Gral. Zúñiga para evitar que la sangre llegue al río. Arce ya no podía sostener su lealtad a Zúñiga y decidió salvarse y sacarse de encima el problema del quiebre con el Grupo de Puebla, grupo al que no le preocupa que en Bolivia haya democracia, puede aceptar un gobierno paramilitar o anti democrático pero sólido y no fracturado, quiere un gobierno populista sólido.

Zúñiga montó en cólera cuando tomó conocimiento de que había sido destituido de su cargo de Comandante del Ejercito, en ese momento buscó una venganza y reaccionó generando toda la escena de la que fuimos testigos: llegó hasta la plaza Murillo con tanques, soldados, pertrechos, etc.

La conducta de Zúñiga no es justificable desde ningún punto de vista y menos desde un marco o estamento democrático, pero debemos observar que Zúñiga se sintió en libertad de actuar con todos los excesos de los que fuimos testigos en la medida que se condujo guiado por el despecho y el sentimiento de haber sido traicionado (eso le reclamo a Arce al interior de la Casa de Gobierno, cuando después de haber entrado rompiendo la puerta a golpe de tanqueta expresó: así me pagas tanta lealtad). Lo cierto es que Zúñiga actuó como cómplice y no como Comandante del Ejército, porque nunca fue Comandante del Ejército sino cómplice y esto por obra y gracia de todas las mañas y patrañas con las que Arce lo puso al mando de las FFAA, por obra y gracia de esa suerte de confra en la que el gobierna del MAS ha convertido a la institucionalidad boliviana, arreciada por el complot que ha generado Arce para destruir la democracia, las instituciones y al pueblo boliviano en su conjunto.

Lastimosamente, toda esa trama es parte de un proceso de destrucción de la democracia en Bolivia, la economía está totalmente hundida sin que esta situación sea tomada con la seriedad y responsabilidad que corresponde, Arce no está generando gestiones y por el contrario deja que nos hundamos, nos quiere pobres, sin relación con el comercio internacional, está cumpliendo a rajatablas el plan de hundirnos en la pobreza comunitaria.

Como parte de este libreto el gobierno también ha perdido todo respeto a la institucionalidad y desde la Presidencia del Estado se están generando acciones atentatorias contra las instituciones y su independencia.

El hecho que uno de los militares prácticamente sin méritos haya ascendido al grado de  general en una oscura maniobra realizada en el Senado por el oficialismo – sin importar si eran arcistas o evistas-  nos muestra el grado de control sometimiento y desinstitucionalización de las FFAA al gobierno de Arce; lo mismo sucede con el Órgano Judicial, el Tribunal Constitucional y otras instituciones que hoy están dirigidas por los peores de sus clase, y que van a continuar de esa manera por la forma en la que el gobierno protege a los magistrados auto prorrogados. 

Urge en Bolivia restablecer la independencia y separación de poderes, urge frenar y revertir la desinstitucionalización generada por el gobierno del MAS; entre todos debemos trabajar para reconstruir una institucionalidad fortalecida, que garantice a todos los bolivianos una democracia plena y con respecto a las libertades en el marco del respeto a la Constitución Política del Estado.

La actual gestión de gobierno ha quedado totalmente fuera de la Constitución y por ello es necesario que la oposición reflexione sobre estos hechos y el futuro del país. Es importante convocar con urgencia a una Cumbre Política que decida la implementación de un cambio del modelo económico, político y social con pleno respeto a las leyes y normas.

No es corriente que un ex vocero del Presidente cuestione lo sucedido el 26 de junio en el supuesto golpe de Estado, destacando que lo ocurrido sucedió a plena luz del día y con la transmisión en vivo de medios de comunicación.  El 26 de junio se puso en evidencia que el gobierno es débil, que vive en medio de conflictos y atropellos intestinos, que Bolivia debe sacudirse del yugo populista. Ellos se juntan, son cómplices, socios, después enemigos mortales. Nosotros, el pueblo, somos los que pagamos los platos rotos.

Centa Rek es Senadora por Santa Cruz


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