Entrevista a Kevin Casas-Zamora, secretario general de IDEA Internacional
Xavier Rodríguez (L21): En los últimos dos años hemos tenido importantes elecciones. ¿Cuáles tendencias electorales podrías destacar y cuál es la importancia de esta dinámica electoral para América Latina?
Kevin Casas-Zamora: Yo diría que, de las cuatro elecciones presidenciales que hemos tenido en lo que va del año en América Latina, cuatro elecciones presidenciales, y quedan dos más en lo que resta del año, el factor más interesante que ha emergido es la continuidad de los gobiernos. Recordemos que en el ciclo electoral que precedió al actual, que fue durante y después de la pandemia, hubo un castigo electoral inmisericorde a los partidos gobernantes. De unas 20 elecciones en tres años, los partidos gobernantes perdieron 19 de esas 20 elecciones. La única excepción fue Paraguay, que tiene unas características de sociología electoral muy particulares.
Lo que vimos fue un castigo brutal a los partidos y líderes gobernantes. Eso está cambiando. De las cuatro elecciones que hemos visto, en tres ha prevalecido la continuidad del gobierno. Esto sugiere que la factura política inmediata a la pandemia se está desvaneciendo y volvemos a la alternancia en algunos casos y continuidad en otros. Yo diría que ese es el cambio más importante.
Añadamos a eso que las elecciones en Venezuela son muy particulares y no se sabe qué va a pasar. Uno quisiera pensar que hay la posibilidad de un cambio político, pero dejémoslas de lado por ahora. En las elecciones de Uruguay, puede ganar cualquiera, el gobierno o la oposición. Va a ser una elección muy cerrada. De alguna manera, estamos volviendo a una dinámica más normal.
Xavier Rodríguez (L21): En líneas generales, también hay otro elemento siempre presente en los estudios de opinión pública y en la prensa: los liderazgos populistas, que abarcan todo el espectro ideológico y no son restrictivos a un país o coyuntura. ¿Cómo ves esta tendencia de los populismos en estos ciclos electorales?
Kevin Casas-Zamora: Depende de lo que entendamos por populismo. Si nos referimos a liderazgos mesiánicos que emergen fuera del sistema de partidos y desconfían profundamente de las instituciones representativas, eso seguirá siendo parte del paisaje político en América Latina mientras las instituciones representativas tradicionales estén desprestigiadas y desarticuladas. La debilidad de los sistemas de partido es un gran problema, ya que permite que emerjan figuras fuera del sistema político tradicional con discursos mesiánicos y a menudo autoritarios, teñidos de antipolítica, lo que no siempre es conducente a la robustez de las instituciones democráticas.
Xavier Rodríguez (L21): Hay un componente importante en estos liderazgos: atacan la base sociológica del pluralismo y la normal discrepancia en los diferentes ámbitos de la sociedad.
Kevin Casas-Zamora: Totalmente. Estos liderazgos tienden a desconfiar profundamente de cualquier institución que suponga un límite al ejercicio del poder, incluidos los partidos de oposición, la prensa independiente, los jueces independientes y la sociedad civil. Una característica de los discursos populistas es la conexión directa del líder con su pueblo, implicando que es ilegítimo observar cualquier límite al poder. Eso es un problema para las instituciones democráticas. Hay una vena profundamente intolerante en estas experiencias, como se ha visto con figuras como Milei en Argentina, Rodrigo Chaves en Costa Rica, Bukele en El Salvador y López Obrador en México.
Xavier Rodríguez (L21): En ese contexto, hemos visto que las campañas de desinformación y la incorporación de nuevas tecnologías complican discernir entre lo real y lo ficticio. ¿Cómo ves este tema y las capacidades de generar algún tipo de anticuerpos ante estas campañas de desinformación?
Kevin Casas-Zamora: Todavía estamos perplejos ante las implicaciones de las campañas de desinformación, especialmente las generadas y diseminadas por inteligencia artificial. Las autoridades electorales de la región están haciendo esfuerzos genuinos para lidiar con esto, trabajando con plataformas digitales. Por ejemplo, en la elección de Brasil de 2022, después de los problemas en 2018, las autoridades trabajaron con plataformas digitales y, en algunos casos, amenazaron con desconectarlas si no colaboraban. No es una opción al alcance de todos los países, pero es un esfuerzo serio. Los países que mejor manejan esto, como Suecia y Finlandia, tienen años de educación y alfabetización digital, lo que ayuda a la gente a discernir mejor la información genuina de la desinformación.
Xavier Rodríguez (L21): Recientemente comentabas sobre México. La desinformación también estuvo presente en sus campañas. ¿Cuál es tu apreciación sobre los resultados y los desafíos para la gobernabilidad democrática en México?
Kevin Casas-Zamora: El principal desafío de la nueva presidenta Claudia Sheinbaum es la violencia, que se manifestó incluso durante el proceso electoral con decenas de candidatos asesinados. México tiene un problema con la violencia ligada al crimen organizado que no ha logrado controlar. Este es un reto fundamental para la autoridad del estado y la captura de instituciones por parte del crimen organizado. Además, otro reto es la confrontación entre la presidencia y otras instituciones clave en el funcionamiento democrático, como las que manejan los procesos electorales y el poder judicial. Si logras ganar una elección por 30 puntos de diferencia, no necesitas tocar las instituciones electorales. La presidenta tiene una gran oportunidad con un mandato contundente. Esperemos que el presidente López Obrador se retire, como ha dicho, y deje gobernar a su sucesor.
Xavier Rodríguez (L21): Para terminar, cuál es tu apreciación sobre el perfil internacional de este nuevo sexenio, considerando la variable internacional tras la pandemia y el viraje internacional de figuras como Lula y Milei.
Kevin Casas-Zamora: Lo que cabe esperar es un retorno a la normalidad. El presidente López Obrador ha tenido una actitud muy idiosincrática frente a los asuntos internacionales, con desconfianza hacia las instituciones multilaterales y poca presencia en foros internacionales. Creo que esto va a cambiar con la nueva presidenta, quien probablemente tendrá una disposición menos desconfiada frente a organismos multilaterales y relaciones con otros países. Dudo que México preste mucha atención a América Latina; su relación fundamental es con Estados Unidos. La presidenta puede enfrentar una nueva presidencia de Donald Trump en Estados Unidos, lo que sería un reto importante. En términos de protagonismo en América Latina, no creo que México se lance a ocupar espacios importantes. Su principal relación es con Estados Unidos, como lo indica su reciente estatus como principal socio comercial de Estados Unidos.