Según la Organización de Naciones Unidas (ONU), el estrés hídrico es una preocupación creciente que afecta al 18,2% del planeta en 2020. Esto significa que más de 2.400 millones de personas se enfrentan a una escasez de agua cada vez más grave. Ciudades como Ciudad de México y Montevideo están experimentando problemas serios debido al cambio climático y una mala gestión de los recursos hídricos.
Los expertos advierten que la demanda de agua se ha duplicado desde 1960 y se espera que el estrés hídrico aumente significativamente para el año 2050.
Proyecciones alarmantes para el futuro
Según el World Resources Institute (WRI), se estima que para el año 2050, 51 de los 164 países y regiones analizados enfrentarán un alto a extremadamente alto estrés hídrico, afectando al 31% de la población mundial. Este informe también destaca que la demanda de agua se ha duplicado desde 1960, lo que representa un desafío cada vez mayor para la disponibilidad de este recurso vital.
El WRI advierte sobre un escenario futuro «sin cambios», en el que se espera un aumento de temperatura entre 2,8 y 4,6 grados Celsius para el año 2100. Esto tendría consecuencias graves, como un crecimiento económico lento, instituciones débiles y escasas inversiones en medio ambiente y tecnología, lo que agravaría aún más el estrés hídrico a nivel global.
Europa y Sudamérica también enfrentan desafíos hídricos
En Europa, España se encuentra entre los países con un alto estrés hídrico, y se pronostica un empeoramiento significativo para el año 2050. Francia y Polonia también enfrentarán un estrés hídrico medio a alto en las próximas décadas, con una alta tasa de utilización de sus recursos disponibles.
Por otro lado, la región de Sudamérica alberga casi un tercio de los recursos hídricos del planeta, sin embargo, países como Brasil, Colombia y Perú muestran altos índices de consumo per cápita, lo que evidencia la necesidad de una gestión sostenible del agua en la región.
La importancia de abordar el estrés hídrico a nivel mundial
Según el Atlas de Riesgos Hídricos del programa Aqueduct del WRI, se estima que en el año 2050, alrededor de 70 billones de dólares estarán expuestos a un alto estrés hídrico, en comparación con los 15 billones de dólares en 2010. Esta situación resalta la importancia crítica de abordar el problema del estrés hídrico a nivel mundial para garantizar la sostenibilidad ambiental y el bienestar humano.
Bolivia: una crisis hídrica alarmante
Bolivia ha experimentado una disminución alarmante del 50% en sus reservas de agua en los últimos 40 años, según advierte Marcos Nordgren, técnico e investigador de la Plataforma Boliviana Frente al Cambio Climático (Pbfcc). Esta pérdida significativa se atribuye al cambio climático, amenazas socio-naturales y actividades humanas.
En la región andina, el retroceso de más del 50% en los glaciares y la evaporación del 60% en embalses, represas y espejos de agua son indicadores clave de la crisis hídrica que afecta al país. Desde la década de 1980, esta área ha perdido más del 50% de sus reservas de agua, lo que ha afectado gravemente la capacidad de enfrentar la escasez de lluvias.