El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) ha advertido que la guerra en la Franja de Gaza está generando una crisis medioambiental «sin precedentes». Esta crisis se caracteriza por la contaminación del suelo, el agua y el aire, así como los daños irreversibles en los ecosistemas naturales. Según la directora ejecutiva del Pnuma, Inger Andersen, la población de Gaza se enfrenta no solo a un sufrimiento incalculable debido a la guerra, sino también a importantes y crecientes daños ambientales que podrían resultar en una recuperación larga y dolorosa.
Daños a la salud y seguridad alimentaria
La crisis medioambiental en Gaza está teniendo un impacto negativo en la salud de la población, la seguridad alimentaria y la capacidad de recuperación de la región. El informe preliminar del Pnuma, en respuesta a una petición de las autoridades palestinas, revela que la guerra ha revertido los pequeños avances logrados en el desarrollo de instalaciones de desalinización, tratamiento de aguas residuales y crecimiento de la energía solar. Además, se estima que se han generado alrededor de 39 millones de toneladas de escombros, los cuales representan un riesgo para la salud humana y el medio ambiente debido a la presencia de artefactos explosivos sin detonar, amianto, residuos industriales y médicos, así como restos humanos.
Contaminación del agua y el suelo
El informe del Pnuma también revela que ninguna de las cinco plantas de tratamiento de aguas residuales en Gaza sigue funcionando, lo que ha llevado a la contaminación de las playas, el suelo y los ríos con patógenos, microplásticos y químicos peligrosos. Además, el suelo y el agua se han visto afectados por metales pesados y sustancias químicas explosivas presentes en las municiones desplegadas en toda la región. La destrucción de paneles solares también ha contribuido a la liberación de sustancias tóxicas como el plomo.
Problemas en la gestión de residuos sólidos
Otro aspecto preocupante es el daño sufrido por cinco de las seis plantas encargadas de la gestión de residuos sólidos en la Franja de Gaza. Hasta noviembre de 2023, se acumulaban diariamente cerca de los campamentos y refugios donde vive la población gazatí unas 1.200 toneladas de basura. Esta situación agrava aún más la crisis medioambiental en la región.
Riesgos asociados a los túneles y la destrucción
El Pnuma también alerta sobre los riesgos que podrían presentar los túneles excavados por la organización islamista palestina Hamás y su destrucción por parte de Israel. Dependiendo de los estándares de construcción de los túneles y del grado de bombeo de agua hacia ellos, se advierte sobre riesgos a largo plazo para la salud humana debido a la contaminación de las aguas subterráneas y para los edificios construidos sobre superficies de terreno potencialmente inestables.
Conclusiones basadas en evaluación remota
Debido a la situación de seguridad y las restricciones de acceso, el Pnuma tuvo que elaborar su informe preliminar utilizando herramientas de monitoreo remoto, como imágenes satelitales, datos de entidades técnicas palestinas, consultas con socios multilaterales y documentos sobre el trabajo en el terreno de la ONU, además de literatura científica.
Según el Ministerio de Salud gazatí, más de 37.000 personas han perdido la vida en Gaza desde que Israel lanzó su ofensiva en la Franja tras el ataque sorpresa perpetrado por el grupo islamista el pasado 7 de octubre en territorio israelí. Además, más de 85.000 personas han resultado heridas. Estos números reflejan la magnitud de la tragedia humana que se suma a la crisis medioambiental en la región.
Fuente: EFE