Un equipo de investigadores del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos ha descubierto que los piojos del cuerpo humano pueden ser potentes transmisores de la bacteria causante de la peste negra, desafiando la creencia previa sobre los principales vectores de esta enfermedad. El hallazgo, publicado en la revista Plos Biology, revela un papel relevante de estos insectos en la transmisión del patógeno, lo que podría haber influido en pandemias pasadas.
La bacteria «Yersinia pestis» ha sido responsable de numerosas pandemias a lo largo de la historia, como la peste negra que diezmó a la población europea en la Edad Media. Hasta ahora se pensaba que las ratas y las pulgas eran los principales vectores de transmisión a humanos, pero este estudio demuestra que los piojos del cuerpo humano también pueden tener un papel relevante en la transmisión del patógeno.
Experimentos en laboratorio confirman la capacidad de transmisión de los piojos
Los investigadores llevaron a cabo experimentos en laboratorio alimentando a los piojos con muestras de sangre infectada con «Yersinia pestis». Posteriormente, colocaron los piojos en una membrana artificial para simular la piel humana caliente y comprobaron el potencial de transmisión en ese entorno controlado. Los resultados mostraron cómo la bacteria puede infectar las glándulas salivales de los piojos, aumentando su capacidad para transmitir el patógeno a través de picaduras.
«Hemos descubierto que los piojos del cuerpo humano son mejores transmisores de Yersinia pestis de lo que se pensaba y podrían haber desempeñado un papel en brotes anteriores», destacó David Bland, uno de los autores del estudio.
Implicaciones en el manejo y control de futuros brotes de peste
Los investigadores también señalaron que este hallazgo podría tener implicaciones importantes en el manejo y control de futuros brotes de peste, así como en la comprensión histórica de esta enfermedad devastadora.
Fuente: EFE