Varias organizaciones en Bolivia están trabajando en conjunto para proteger el hábitat de los camélidos, que ha sido dañado por el cambio climático y las sequías. Estas sequías, que han sido las más fuertes en los últimos años, han afectado principalmente a la región andina del país.
Las llamas, alpacas y vicuñas son animales conocidos por su resistencia en climas gélidos o secos a más de 3.500 metros sobre el nivel del mar. Sin embargo, también han sido afectados por la degradación de los pastizales y los bofedales, que son oasis y fuentes de biodiversidad.
La falta de forraje y agua ha llevado a la muerte de muchas llamas, además de afectar la cosecha de cultivos como la cebada, quinua y papa. Esto ha tenido un impacto significativo en las comunidades altiplánicas que dependen de los camélidos para su subsistencia.
Preservando los saberes ancestrales
En estas comunidades, los llameros utilizan su conocimiento ancestral para guiar a sus animales a las zonas con forraje y agua, protegerlos de depredadores y asistir a las hembras preñadas en el nacimiento. Además, utilizan técnicas tradicionales como la señalización de los animales con aretes de colores.
Introduciendo nuevas especies y técnicas de manejo sostenible
Para proteger el hábitat de los camélidos, se están implementando diversas estrategias. Una de ellas es la introducción de nuevas especies de pastos en los bofedales, que son reservas de agua dulce en el altiplano. También se están utilizando técnicas como las «medias lunas», que permiten retener agua en tiempos de lluvia y crear pequeños ecosistemas.
Estas prácticas buscan un manejo sostenible de los bofedales en conjunto con las comunidades locales, a través de un intercambio de saberes. Además, se está trabajando en informar sobre estos logros a nivel internacional, con el objetivo de obtener financiación climática para Bolivia.
El Año Internacional de los Camélidos
Recientemente, Bolivia inauguró el Año Internacional de los Camélidos, con la construcción de una planta industrial para el ganado. Este evento fue encabezado por el presidente Luis Arce en La Paz.
La combinación de saberes ancestrales y ciencia está siendo clave para preservar el hábitat de los camélidos en Bolivia. Estas iniciativas buscan garantizar la supervivencia de estas especies y el bienestar de las comunidades que dependen de ellas.