Expertos analizan el futuro del consumo interno de gas en Bolivia y advierten que, a partir de 2030, el país podría enfrentar la necesidad de importar gas debido a la superación de la producción interna. A pesar de que la gasificación de la economía boliviana ha sido un logro destacado del gobierno del Movimiento al Socialismo (MAS), la demanda interna ha superado ampliamente la producción y se espera que esta brecha se amplíe en los próximos años.
En los últimos años, el consumo de gas en Bolivia ha experimentado un crecimiento significativo. Con más de 5,4 millones de beneficiarios con redes de gas en todo el país, cerca de 250.000 vehículos convertidos a gas natural vehicular (GNV) y más del 90% de la industria nacional utilizando el gas natural como principal fuente de energía, la demanda ha aumentado de manera considerable.
En 2006, el consumo diario de gas era de 4 millones de metros cúbicos, mientras que en 2023 alcanzó los 13 millones de metros cúbicos diarios.
Declinación de la producción y dependencia de las importaciones
A pesar del crecimiento en la demanda interna, la producción de gas ha experimentado una declinación en los últimos años. En 2014, la producción era de 60 millones de metros cúbicos diarios, pero se espera que se reduzca a la mitad para el año 2024.
Si bien el mercado interno ha superado las exportaciones hacia Argentina, se prevé que, una vez concluidas las entregas pendientes al mercado brasileño en 2025, el mercado nacional se convierta en el principal comprador, pero a un precio subsidiado.
Según los analistas, si la producción continúa declinando a un ritmo más rápido de lo esperado, la demanda interna podría superar la producción en 2030, lo que obligaría a Bolivia a importar gas natural a precios internacionales y sin la capacidad de subsidiar el mercado interno.
Riesgos y desafíos para la economía boliviana
La posibilidad de convertirse en un importador de gas natural plantea desafíos significativos para la economía boliviana. Uno de los principales riesgos es el impacto en el sector eléctrico, especialmente en las generadoras termoeléctricas, que son los principales consumidores de gas natural en el mercado interno.
Actualmente, Bolivia subsidia el gas para el mercado interno a través del costo de oportunidad. Sin embargo, si se convierte en un importador, el país deberá comprar gas a precios internacionales, lo que podría afectar los precios en el sector eléctrico y generar variaciones en la economía nacional.
Argentina como posible proveedor de gas para Bolivia
Según los expertos, Argentina sería el proveedor más probable de gas para Bolivia, ya que cuenta con los yacimientos de Vaca Muerta y un ducto en operación. Sin embargo, el precio del gas tendría que ser negociado entre ambos países.
En el pasado, Bolivia vendía gas a Brasil a un precio de 10 dólares por millón de BTU, mientras que a Argentina se vendía a 12 dólares, un 20% más caro. Se espera que Argentina aplique la misma fórmula en caso de convertirse en proveedor de gas para Bolivia, lo que significaría un aumento en los precios y un desafío económico para el país.
Actualmente, el precio del gas para el sector industrial boliviano es de aproximadamente 1,70 dólares por millón de BTU, mientras que en Sao Paulo o Buenos Aires el precio oscila entre 12 y 15 dólares.
