Un informe independiente presentado por la Comisión Independiente de Investigación sobre la pandemia de la COVID-19 en México revela que la gestión deficiente del Gobierno mexicano durante la pandemia ha resultado en más de 800.000 muertes en exceso. De estas, aproximadamente 300.000 se atribuyen directamente a la mala gestión del Gobierno.
El informe destaca que la subestimación del virus, la centralización de decisiones y la política de austeridad gubernamental fueron factores clave en la gestión deficiente. Casi el 40% de las más de 800.000 muertes en exceso podrían haberse evitado si se hubiera gestionado adecuadamente la crisis sanitaria. La falta de recursos en el sistema sanitario debido a la política de austeridad también contribuyó a la situación.
Negativa a realizar pruebas masivas y sobremedicación
El informe señala que la negativa del Gobierno mexicano a realizar pruebas masivas de la COVID-19 reflejó una subestimación del virus. Esto contrasta con la baja cantidad de pruebas realizadas en comparación con otros países, como Estados Unidos. Además, se destaca que muchos pacientes fueron sobremedicados debido a un sistema no regulado en México, donde el 60% de los enfermos acudió a farmacias privadas.
Desigualdades y impacto en los más pobres
Las desigualdades fueron un factor determinante en las muertes por COVID-19 en México, afectando principalmente a los más pobres. El informe resalta que 4.843 profesionales de la salud fallecieron durante la pandemia y que el país perdió 4,6 años de esperanza de vida entre 2019 y 2021.
Impacto en los menores de edad y aciertos en la gestión de vacunas
La pandemia dejó a 5,6 de cada 1.000 menores de edad huérfanos en México, situando al país como el noveno con mayor tasa en países con más de 5 millones de habitantes. Sin embargo, el informe destaca como un acierto la gestión de la llegada de vacunas contra el COVID-19 liderada por la Secretaría de Relaciones Exteriores durante la crisis sanitaria.