El cortisol, una hormona clave en el control del estrés y la salud, ha sido objeto de debate en relación con el fitness y la pérdida de peso. Expertos en el tema han desmitificado su influencia, destacando la complejidad de factores que influyen en el peso.
El cortisol es la principal hormona del estrés del cuerpo, según la Clínica Mayo. Esta hormona tiene diferentes funciones, como aumentar el azúcar en la sangre, mejorar el uso de la glucosa por parte del cerebro y producir sustancias reparadoras de tejidos. Además, frena funciones que serían perjudiciales en una situación de lucha o huida. En resumen, el cortisol permite al cuerpo utilizar energía rápidamente en situaciones estresantes.
La relación entre cortisol y aumento de peso
Algunos expertos indican que la sobreproducción de cortisol puede causar acumulación de grasa abdominal. El aumento de cortisol también incrementa el nivel de azúcar en sangre, lo que lleva a una mayor producción de insulina y potencial aumento de peso. Además, el estrés elevado y la mayor producción de cortisol pueden provocar una degradación muscular.
Es importante mencionar que existen pruebas de laboratorio para determinar si los niveles de cortisol están equilibrados, aunque generalmente se realizan solo a personas con condiciones específicas que afectan estos niveles. Un aumento en los niveles de cortisol no suele requerir tratamiento endocrinológico inmediato, pero es importante estar consciente del impacto del comportamiento en estos niveles.
La relación entre ejercicio y cortisol
Algunas publicaciones sugieren evitar entrenamientos intensos para mantener bajos los niveles de cortisol. Sin embargo, expertos en el tema no respaldan esta idea sin evidencia definitiva. Los ejercicios intensos pueden exacerbar los altos niveles de cortisol si no se descansa adecuadamente o se tiene un alto consumo de azúcares.
En cambio, se recomienda centrarse en factores estresantes controlables para optimizar los niveles de cortisol. Dormir al menos 7.5 horas, seguir un horario constante y tener una rutina relajante son recomendaciones clave para mejorar la calidad del sueño. Asimismo, una alimentación basada en alimentos reales e integrales puede contribuir a reducir la ansiedad y mejorar la calidad del sueño.
