El Papa Francisco abordó la importancia de crear un entorno seguro en la Iglesia para proteger a los menores y a los adultos vulnerables. Reconoció la complejidad del desafío de enfrentar el escándalo de abusos, destacando la necesidad de reconstruir vidas y sanar heridas.
El Pontífice instó a concentrarse en hacer de la Iglesia un lugar seguro para todos, donde cada individuo se sienta acogido y respetado. Destacó la importancia de la cercanía y la compasión en la atención a las víctimas de abusos.
Escucha y Prevención
Francisco enfatizó la importancia de escuchar directamente a las víctimas y comprender el impacto de los abusos en sus vidas. Subrayó la necesidad de actuar con empatía y solidaridad para aliviar el sufrimiento de quienes han sido afectados.
El Papa solicitó que los resultados del trabajo de la comisión sean visibles y que se apoye activamente la labor de protección en las comunidades locales. Destacó la importancia de acoger y apoyar a aquellos que han sufrido abusos.
En resumen, el llamado del Papa Francisco es a promover un ambiente de seguridad y compasión en la Iglesia, donde cada persona sea valorada y protegida, especialmente aquellos que han sido víctimas de abusos.