Un cambio sutil en la dieta podría tener un impacto significativo en la salud cardiovascular, según revela una revisión sistemática publicada en la revista BMC Medicine. El estudio, liderado por Sabrina Schlesinger, doctora en el Centro Alemán de Diabetes, sugiere que sustituir el consumo de carne procesada por frutos secos podría reducir en un 27% los riesgos cardiovasculares. Se analizaron los hallazgos de 37 publicaciones, destacando la importancia de cambiar hacia una dieta con más presencia vegetal.
«Esto no significa necesariamente eliminar todos los productos animales de la dieta», aclara Schlesinger, enfatizando que la idea es limitar el consumo animal, especialmente de carne roja y procesada. El estudio demostró que reemplazar 50 gramos de carne procesada por entre 28 y 50 gramos de nueces al día redujo la incidencia general de enfermedades cardiovasculares en un 27%. Cambiarla por legumbres también mostró una reducción, aunque en menor medida, del 23%.
El presidente del Consejo General de Dietistas-Nutricionistas de España, Manuel Moñino, enfatizó la importancia de adherirse a patrones alimenticios saludables como la dieta mediterránea, rica en alimentos frescos de origen vegetal y con moderación en productos de origen animal. Este estudio se suma a la creciente evidencia científica que aboga por reducir el consumo de carne, señalando beneficios para la salud cardiovascular y respaldando enfoques dietéticos equilibrados.
La necesidad de conciencia sobre las elecciones alimentarias se hace más evidente en un contexto global donde el consumo de carne continúa aumentando, a pesar de las advertencias científicas.
