A horas de iniciar el congreso del Movimiento Al Socialismo (MAS) en Lauca Ñ, la diputada Gladys Quispe denunció el lunes 2 de octubre la presencia de policías infiltrados con el objetivo de hacer fracasar el evento y responsabilizó al Gobierno si se registra cualquier alteración o vulneración a los derechos humanos.
La legisladora manifestó que las puertas están abiertas para que los renovadores asistan al congreso de Lauca Ñ, siempre y cuando no sea con la intención de generar desorden y hacer fracasar el evento en el que se tomarán decisiones importantes para el partido.
Lamenta actitudes previas
No obstante, lamentó que esas actitudes ya se están viendo desde hace tiempo porque los congresos deberían ser resguardados por policía sindical, quienes ya saben cómo garantizar el correcto desarrollo de esas actividades; sin embargo, en los últimos años se vieron fuertes contingentes de las fuerzas del orden.
Injerencia del Ejecutivo
«Si nosotros vemos que el Ejecutivo quiere imponer otra vez a la Policía y militares infiltrados, eso será nefasto para nuestro congreso porque será injerencia. No se admitirá a la Policía, y anticipamos que si ocurre alguna vulneración, el responsable será el Presidente Luis Arce», declaró la legisladora.
Desmentido sobre presencia policial especializada
En días previos, el líder del partido Evo Morales denunció que llegaron a Lauca Ñ diez policías especializados en montaje con la única finalidad de hacer fracasar el congreso; no obstante, las fuerzas del orden desmintieron esa información y aseguraron que ningún agente especializado llegó hasta esa región.
Tristeza por victimización
En ese sentido, el senador de la misma fuerza política Félix Ajpi manifestó su tristeza por cómo los radicales quieren victimizarse con escenarios que ni siquiera son ciertos, ya que previamente anunciaron que habría 5.000 policías sindicales para contrarrestar cualquier incidente durante el congreso.
Congresos como fiesta democrática
Lamentó también que esta actividad se esté manejando con tanta hostilidad y hermetismo, ya que los congresos deberían ser una fiesta democrática en la que se eligen directivas y se logran consensos, pero esta vez parece todo lo contrario.