En el Día Internacional contra la Trata de Personas, la Fundación «Levántate Mujer» reveló en su informe que estos delitos son invisibles y se camuflan en otros como violación y feminicidio.
«La trata de personas es un delito silencioso y no se tipifica regularmente como tal, lo que lo convierte en un peligro mayor al no ser visibilizado. En Bolivia, desde 2019 hasta el primer semestre de 2022, apenas se registraron aproximadamente 1.700 casos», explicó Alan Figueroa, coordinador regional en Santa Cruz.
En el país también se conocen casos no tipificados de niños desaparecidos y mujeres que salieron a trabajar a otros países, pero terminaron siendo víctimas de trata y tráfico con diversos fines.
Figueroa mencionó el caso ocurrido en mayo de 2021 cuando Victoria Rojas Rojas, una joven de 26 años, fue encontrada muerta cerca de un lote baldío en Yapacaní.
Se descubrió que trabajaba en un local donde vendían bebidas alcohólicas y su familia desconocía su presencia allí. La pulsera que llevaba puesta ayudó a identificar el lugar donde trabajaba, ubicado en el barrio Santa Rosa. Posteriormente, se supo que la dueña del local había retenido sus documentos debido a una supuesta «deuda».
Estas características podrían indicar un posible caso de trata de personas según Figueroa.
Sin embargo, la directora anterior de la Felcv (Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia) en Yapacaní, Tte. Yessenia Rea, dijo que las sospechas iniciales apuntaban a un feminicidio y al final, cuando se conoció la verdad, el caso fue cerrado como atropello seguido de muerte.
La falta de datos estadísticos dificulta conocer la verdadera situación en Yapacaní. Sin embargo, la investigación de la Fundación «Levántate Mujer» identifica al barrio Santa Rosa, como una zona donde ocurren estos hechos debido a la presencia de bares, discotecas y prostíbulos donde se percibe la presencia de menores.
«En los últimos 12 meses hemos identificado cinco casos de trata y tráfico de personas en Yapacaní. Sin embargo, han sido tipificados como feminicidio o pérdida: dos casos involucran a menores y tres a adultos; todos ellos fueron trata y tráfico con fines de explotación sexual», puntualizó Figueroa.
Según el informe bianual global sobre trata de personas del año 2020 realizado por la Unodc (Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito), se registraron 50.000 casos en 148 países en 2018. Sin embargo, debido a la naturaleza encubierta del fenómeno, esta cifra podría ser mucho mayor.
Bolivia es considerada actualmente un país de origen, tránsito y destino para la trata, el tráfico de personas y delitos relacionados. Los principales fines son explotación sexual y laboral; trata en servicio doméstico, recolección agrícola (castañas y caña de azúcar), explotación minera y mendicidad.
Se identificaron al menos tres rutas para salir del país: hacia Argentina por Bermejo, Yacuiba y Villazón; hacia Perú por Desaguadero, y hacia Chile por Colchane.
El municipio de Yapacaní, ubicado en la provincia Ichilo, también se ve afectado por la trata de personas debido a su condición de «municipio puente», conectado vialmente con otros municipios y comunidades en Santa Cruz y Cochabamba.
Deisy García, responsable de los Servicios Legales Integrales Municipales (Slim), anunció que se llevarán a cabo talleres preventivos en el barrio donde se han identificado estos delitos.
La Fundación «Levántate Mujer» ha estado trabajando en Yapacaní durante más de siete años y en Bolivia durante 15 años. Tiene oficinas en municipios identificados como zonas rojas donde ocurren delitos relacionados con trata y tráfico: Santa Cruz, El Alto, La Paz Oruro y Sucre.
