Según evidencias obtenidas por la Organización de Naciones Unidas (ONU), los restos de 87 personas pertenecientes a la etnia malasit y otras fueron enterrados en una fosa común en las afueras de El Geneina, capital de la región sudanesa de Darfur Occidental. Estos individuos habrían sido asesinados por órdenes aparentes del grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR).
La Oficina de Derechos Humanos de la ONU informó que los habitantes locales fueron obligados a colocar los cuerpos en esta fosa, negando así a las víctimas un funeral adecuado en el cementerio local.
Entre los cadáveres se encontraron siete mujeres y siete niños. Además, la ONU aseguró contar con información que indica que varias víctimas murieron durante la ola de violencia posterior al asesinato del gobernador de Darfur Occidental mientras estaba bajo custodia del grupo paramilitar.
El alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, hizo un llamado a los líderes de las RSF para que detengan estos asesinatos y pongan fin a cualquier acción destinada a incrementar el odio hacia grupos étnicos.
«Estoy consternado por la falta de respeto hacia los muertos, sus familias y comunidades. Debe llevarse a cabo una investigación exhaustiva sobre estos asesinatos y se deben tomar medidas contra los responsables», afirmó Türk.
Además, Türk solicitó a las FAR y otros grupos asociados que permitan recuperar los restos de las víctimas y les brinden un entierro adecuado. También pidió que se registre toda la información de los cadáveres para poder identificarlos y devolverlos a sus familiares.
Las FAR se encuentran en conflicto con el Ejército sudanés desde abril pasado, principalmente en la capital Jartum y en la región de Darfur, que limita con Chad.