La deuda de al menos $us 50 millones de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) por retiro de etanol de enero a abril de este año y la limitación de exportación que rige desde diciembre de 2022, hizo que el eslabón primario del Complejo Productivo de la Caña de Azúcar, los denominados cañeros y las industrias del sector, padezcan un “shock” a poco del comienzo de la zafra cañera entre la última semana de este mes y la primera de mayo.
Aparentemente, el “efecto rebote” del incumplimiento del pago por retiro de combustible verde de los centros de almacenaje de los ingenios está privando la liquidación a los cañeros, quienes afirmaron que perciben el 60 por ciento del total de ingresos por venta de alcohol anhidro, reportó el diario El Deber.
Asimismo, resaltaron que la situación provoca un freno a la expansión de las áreas de producción que se mantienen en 169.000 hectáreas.
Programa de biocombustibles
Entre otros aspectos, algunos productores se desanimaron por las recurrentes promesas incumplidas en el marco del programa de biocombustibles, pues según afirmaron, migraron a otros cultivos, como la soya, que por la coyuntura actual de precios altos es más rentable.
También consideraron que el proyecto de biocombustibles de origen vegetal a partir de caña de azúcar alcanzó su tope, por lo cual estaría en riesgo debido a la falta de apoyo financiero para ampliar los sembradíos y renovar la caña ‘vieja’.
Al respecto, el presidente de la Confederación Nacional de Productores Cañeros de Bolivia (Concabol), Óscar Alberto Arnez, aseveró que la falta de decisión de respaldo al proyecto etanol deriva en desmotivación en el sector.
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