“Brasil no terminará el 1 de enero”, fue lo que expresó Jair Bolsonaro como su último pronunciamiento siendo Presidente de Brasil, antes de que Lula da Silva asuma el poder; el mandatario saliente llamó no rendirse ante la situación que se avecina y fortalecerse como oposición.
Además, aprovechó para recalcar los logros de su gestión, como la disminución del precio de la gasolina gracias a la fijación de un impuesto cobrado en los Estados sobre bienes y servicios seleccionados.
Con esta aparición, Bolsonaro rompió su silencio intermitente desde que se realizó el balotaje, desde entonces solo realizó breves declaraciones, pero no fue hasta ahora que emitió un mensaje extenso.
“No debemos tirar la toalla ni dejar de hacer oposición (…). Nosotros no queremos un Brasil peor, pero tenemos que respetar nuestra ley y la Constitución. A partir de ahora, toda manifestación (contra el Gobierno de Lula) es bienvenida”, enfatizó, según el portal de noticias Panam Post.
Tras el resultado de la segunda vuelta, se registraron numerosas protestas en distintas partes de Brasil que reclamaban un supuesto fraude electoral, un informe de las Fuerzas Armadas que no descartó irregularidades en los comicios y, en general, el desacuerdo con que Lula da Silva asuma como mandatario de Brasil.
Bolsonaro aseguró que quien no saca a la gente a la calle no tiene votos, no obstante, alentó a sus simpatizantes a protestar de manera pacífica, en cumplimiento de la ley y respetando los lineamientos de la Constitución.
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