Tras conocerse la muerte de más de 50 ejemplares del Bioparque Municipal Vesty Pakos en La Paz, en caso de que el motivo sea negligencia, el lugar podría ser sancionado con el cierre definitivo, así lo anticiparon defensores de los derechos de los animales.
El Bioparque fue construido en la residencial zona de Mallasa, a finales de los años noventa sobre lo que era un antiguo botadero de basura municipal.
“Se necesita refacciones en la infraestructura e incluso dar un hábitat en el que los animales se desarrollen normalmente; deben mejorar sus ambientes para que las especies se sientan en su medio y no sufran de estrés”, manifestó el profesional en Gestión de Biodiversidad del viceministerio de Medio Ambiente, Oscar Rojas, quien realizó una inspección al lugar.
Rojas destacó que, de acuerdo a las normas vigentes, es posible aplicar sanciones al Bioparque Municipal Vesty Pakos en caso de que se constante descuido en el trato a los animales que habitan en ese lugar.
“De comprobar algún mal manejo, que la mortandad sea por descuido, tenemos las sanciones que (son) de una multa del 100 por ciento del valor de la especie, eliminar la licencia de funcionamiento y por último, no se habilita más y se cierra definitivamente”, explicó.
El profesional explicó que, de momento, se solicitaron informes de las necropsias para saber la causa de los fallecimientos, también analizaron la preparación de alimentos de los animales, presupuesto, entre otros aspectos, según informó la Agencia Boliviana de Información.
“Veremos si tienen la capacidad de sostener la cantidad de animales y las fichas de derivación, cuando ingresaron, el inventario de la relación etaria y cuantos animales liberaron desde la gestión pasada para llegar a una conclusión final”, afirmó.
Rojas manifestó que aunque se trate de un loro, una lagartija, o un tigre, todas las especies son igual de valiosas y que 50 animales muertos en un periodo de cinco meses es muy preocupante; también demandó que se acelere la liberación de animales a su hábitat, debido a que no se gestionan con prontitud.
“Anteayer se liberaron uno o dos por la presión social y para quedar bien, pero hay otros animales que deben ser derivados a otros centros de custodia como un mono nocturno que es importante que salga del Bioparque”, reclamó.
Anticipó que su organización, junto a otros activistas que se suman paulatinamente a la iniciativa, solicitará a las autoridades nacionales, departamentales y municipales que se fiscalice el Bioparque.
“Pedimos una auditoria y lograr cambios, desde el personal que no son idóneos al parecer, porque para manejar el Bioparque deben ser profesionales con experiencia en vida silvestre, no puede ser un (personal) que trabajó en un matadero o trabajó con perros y gatos”, dijo.
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