El gobierno de Daniel Ortega cerró este domingo la oficina de la Organización de Estado Americanos (OEA) en Managua y adelantó la salida de los representantes de Nicaragua ante ese organismo, del cual ya había anunciado su retiro en noviembre del año pasado.
Según manifestó el canciller nicaragüense, Denis Moncada, su país dejó inmediatamente de participar de la OEA y retiró las credenciales a sus representantes en Washington.
«Tampoco tendrá, este infame organismo, en consecuencia, oficinas en nuestro país. Su sede local ha sido cerrada», señaló.
El gobierno de Ortega, un exguerrillero de 76 años en el poder desde el 2007, había anunciado a finales del año pasado el retiro de Nicaragua de la OEA, ya que desconocieron su elección por un cuarto mandato consecutivo, contra sus rivales y opositores presos y acusados de conspirar contra él.
En una nota leída a través de una transmisión oficial, Moncada afirmó que «a partir de esta fecha» Nicaragua deja de formar parte «de todos los engañosos mecanismos de este engendro, llámense Consejo Permanente, llámense comisiones, llámense reuniones, llámense Cumbre de las Américas».
«No tendremos presencia en ninguna de las instancias de ese diabólico instrumento de la mal llamada OEA», complementó.
Sin embargo, de acuerdo a los protocolos, la salida debía ocurrir en un lapso de dos años, para que Nicaragua culminara con los compromisos pendientes que pudiera tener con el organismo.
El pasado 23 de marzo, el entonces representante permanente de Nicaragua ante la OEA, Arturo McFields, sorprendió durante su intervención en una sesión del consejo permanente, durante la cual calificó de «dictadura» la gestión de Ortega y denunció las precarias condiciones en que sus opositores estaban detenidos.
/HNF/