Los representantes de las cooperativas mineras auríferas de La Paz pidieron a las autoridades correspondientes que se planteen alternativas al uso del mercurio en su producción. Manifestaron que su intención es cuidar el medio ambiente.
Los mineros se pronunciaron luego que dos relatores de la Organización de Naciones Unidas (ONU) expresaron su preocupación debido al incremento del comercio y uso del mercurio en Bolivia, lo cual deriva en daños al medio ambiente y personas no sólo que se dedican a la minería, sino también a pueblos indígenas que viven en el Norte paceño.
El presidente de la Federación de Cooperativas Mineras Auríferas del Norte de La Paz (Fecoman), Vicente Choque resaltó que el tema del mercurio es de preocupación para las familias del sector; sin embargo, indicó que no tienen otra alternativa de trabajo y de sustento.
“Al Ministerio de Minería hemos planteado que es hora de tener alternativas al mercurio. El mercurio hay que eliminar, pero no hay que eliminar antes de plantear alternativas, porque sino tantas familias que viven de esta actividad, de dónde van a vivir”, declaró Choque.
Asimismo, manifestó que por la falta de alternativas, el sector tiene que trabajar con mercurio, aunque aclaró que no son ciertas algunas versiones, por ejemplo, de que el metal se estaría lanzando directamente al agua.
Destacó también que ahora la minería aurífera “sostiene” los ingresos de las regalías mineras para las arcas del departamento de La Paz, además de generar empleos directos e indirectos, según reporte de la red Erbol.
“No tenemos nosotros esa intención de dañar más, al contrario queremos hacer una minería responsable y estamos trabajando las federaciones ampliamente, a través de nuestros técnicos, profesionales. Pedimos a las instancias de minería, a la gobernación y a las autoridades que ya es hora de plantear las políticas para dar solución a estas problemáticas”, recalcó.
El presidente de la Federación de Cooperativas Mineras Auríferas de Bolivia (Fecmabol), René Butrón ratificó que la intención es hacer una minería responsable. Afirmó que se requiere tecnología para mejorar esta situación y no solamente tener restricciones.
La semana anterior, el relator especial de la ONU para sustancias tóxicas y derechos humanos, Marcos Orellana expresó la preocupación del organismo sobre el mercurio en Bolivia y señaló que el Estado tampoco cumple en presentar un plan de acción sobre el tema, como se compromete de acuerdo con el Convenio de Minamata.
De esa manera, observó que Bolivia se convirtió en el centro del tráfico de mercurio hacia la minería ilegal en otros países.
Finalmente, respecto al tema de la comercialización del mercurio, los dirigentes mineros señalaron que el elemento se compra en el mercado informal y desconocen cómo se importa.
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