Rescatando las tradiciones de la cultura boliviana en la festividad de Todos Santos, las familias que armaron un altar en honor a sus seres queridos que partieron al más allá, a partir del mediodía de ayer desarmarlo la tumba y elevaron una oración para el retorno al cielo de sus parientes.
Con la presencia de familiares y amigos, los difuntos acompañaron a las almitas durante su regreso al cielo compartiendo un plato de comida.
En la mayoría de los hogares, los familiares ofrecieron a los visitantes un Picante de Pollo, un plato típico de la festividad en Bolivia.
Pasado el mediodía, los familiares e invitados dieron inicio al tradicional desarmado de la tumba, que consistía en repartir a los presentes, las ofrendas que estaban en la mesa, como masitas, golosinas y fruta principalmente.
FERNÁNDEZ
La familia Fernández armó con mucho amor la tumba en honor a Igor Fernández, un orureño de corazón que dejó muchas enseñanzas en su entorno.
En los ambientes del Salón de Eventos “El Dorado”, la familia y amigos más cercanos organizaron una importante ceremonia para recibir el alma de Igor, armando el altar con las cosas que a él más le gustaban en vida.
Según la tradición de la familia, se cerraron las puertas principales para que el alma de Igor retorne al cielo y luego los invitados salieron del local y sacudieron su ropa y al entrar fueron recibidos con un “chicotazo” lo que representa que se “reprime” al alma por haber obrado mal en vida.