Unos 900 Policías de Ecuador luchaban el jueves por el control de un centro penitenciario en el puerto de Guayaquil, luego de que un motín dejó 116 presos muertos, seis de ellos decapitados, en una de las peores masacres carcelarias en la historia de América Latina.
“Más de 900 servidores policiales forman parte del operativo de registro y control que se desarrolla en el interior el CPLGuayas Nro.1”, indicó uno de los agentes policiales.
El saldo hasta el momento es de 116 fallecidos y 80 heridos, según informó el Presidente ecuatoriano, Guillermo Lasso, quien el miércoles declaró el estado de excepción en todo el sistema penitenciario, según reporte de EFE.
«Todo está tranquilo, ellos (los reclusos) están en las celdas. No es que los pabellones están tomados por ellos», expresó la comandante de la Policía, general Tannya Varela.
El motín comenzó el martes, cuando presos de una banda celebraron el cumpleaños de uno de sus líderes detenidos, e hicieron alarde de tener el poder en la prisión. Eso molestó a otras organizaciones rivales ubicadas en otros pabellones y desató los enfrentamientos con armas de fuego.
Varela señaló que la Policía decomisó el jueves tres pistolas, 435 municiones, 25 armas blancas y tres artefactos explosivos. Dos policías también resultaron heridos en el amotinamiento.
Ecuador sufre una crisis penitenciaria desde hace varios años, en lo que va de 2021, las revueltas carcelarias dejan al momento 237 muertos y 166 heridos, de acuerdo con la Defensoría del Pueblo de Ecuador.
En febrero de este año murieron 79 reclusos en amotinamientos simultáneos en cuatro cárceles de tres ciudades.
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