Yo solía ser la gatita más feliz del mundo vivía junto a mi hermanito, teníamos un gran dueño se llamaba Nicéforo Richard, nos amaba y cuidaba mucho pero lamentablemente se enfermó durante la pandemia y se fue al cielo, y así nos quedamos huerfanitos mi pequeño hermano y yo.
Los vecinos nos daban de comer y se contactaron con voluntarios animalistas para ayudarnos porque yo estaba preñadita y las personas temían que mis pequeños nacieran a la intemperie, así que decidieron llevarme a un hogar transitorio.
Tuve mucho miedo al separarme de mi hermanito, él es muy tímido y solo tiene tres patitas y es por eso que no deja que lo ayuden, aún así los vecinos lo alimentan a diario, pero me siento triste por estar lejos de él.
En pocos días di a luz a tres pequeños en una casa donde me dan mucho cariño y me cuidan bastante también, hay otros animalitos rescatados como yo que me aceptaron en su hogar, eso ayudó a que yo recupere la confianza en las personas y a no ser tan temerosa.
Han pasado varios meses desde mi rescate, lamentablemente ninguna familia quiso adoptarme hasta la fecha, quizás porque soy hembrita, porque soy huérfana, o porque fui mamá soltera, no lo sé pero a veces los humanos ponen muchas excusas.
Ahora que sabes un poco más de mí, quizás quieras adoptarme o conozcas a alguien que quiera hacerme parte de su familia, prometo darles mucho amor incondicional, y prometo no traer más bebés a este mundo, puedes llamar o escribirle a mi mami temporal (754-01881) y preguntar por mí… No lo olvides, soy Marion.
