A 48 horas de esa despedida ante la gente del Barcelona, Messi desembarcó en tierras francesas el martes acompañado de su esposa Antonela Roccuzzo y sus tres hijos, Mateo, Thiago y Ciro. Mientras su familia se dirigió al hotel donde vivirán estos primeros días, Leo tuvo que realizar los trámites médicos de rutina y la posterior firma del contrato. Más allá de este anuncio, la presentación formal se llevará a cabo este miércoles.
El equipo legal de Messi que se encontraba en París llevando a cabo las negociaciones, las cuales han incluido discusiones para un salario neto anual de unos 25 millones de euros (29,5 millones de dólares), que sería menor a lo que recibía en el Barcelona.
A los 34 años, Leo tendrá el desafío de insertarse en una plantilla plagada de figuras que buscará recuperar el cetro a nivel local (perdió la Ligue 1 en manos del Lille la temporada pasada) pero fundamentalmente querrá hacer ruido otra vez en la Champions League, cuenta pendiente de los jeques árabes que administran a la institución parisina. En 2020 acariciaron la Orejona en su primera final disputada ante el Bayern Múnich, mientras que en la última edición fueron despachados en semifinales por el Manchester City (paradójicamente en los octavos eliminaron al Barça).
De esta manera el argentino se dará el lujo de tirar paredes con sus amigos Ángel Di María, Neymar y Leandro Paredes, al mismo tiempo que compartirá vestuario con otras estrellas de la talla del arquero italiano Gianluigi Donnarumma, el brasileño Marquinhos, el español Sergio Ramos (histórico rival en los clásicos contra Real Madrid), el italiano Marco Verratti, el neerlandés Giorginio Wijnaldum, el alemán Julian Draxler y el francés Kylian Mbappé.
