Al conmemorar el aniversario 195 de la policía Boliviana este lunes, el Presidente Luis Arce pidió a la institución del orden llevar con orgullo la Wiphala en su uniforme y nunca más cortarla, quemarla o pisotearla, como ocurrió durante el motín policial en 2019.
El mandatario en un acto realizado en ciudad de La Paz, remarcó que es “fundamental” que la institución esté constituida por oficiales y clases imbuidos de gran patriotismo al servicio del pueblo y no de “intereses foráneos ni de la oligarquía antipatria”.
“En consecuencia, requerimos una Policía que esté a la altura del momento histórico que vivimos caracterizado por la construcción de un Estado Plurinacional digno, soberano, sin racismo ni discriminación, que lleve la Tricolor y la Wiphala con el mismo orgullo que su uniforme”, expresó Arce.
Reiteró que la Policía nunca más debe cortar, quemar ni pisar un símbolo patrio.
La autoridad subrayó que la Wiphala es un símbolo de la plurinacionalidad, de la complementariedad, del consenso de la identidad y del equilibrio en las diferencias y semejanzas.
“La Wiphala también es símbolo de la resistencia; los pueblos se levantan con este símbolo para luchar contra toda forma de opresión y de explotación, es un código ancestral que nos plantea el vivir bien sin racismo ni discriminación”, señaló, según La Razón.
Asimismo, dijo que el pueblo boliviano, que recuperó la democracia, hoy demanda a la Policía estar a la altura de la historia y los uniformados tienen la trascendental misión de recuperar la confianza de los ciudadanos.
En la crisis de 2019, la Policía se amotinó y fue uno de los factores que influyó en la renuncia del entonces expresidente Evo Morales, motivo por el cual Arce considera que algunos de los uniformados participaron del supuesto “golpe de Estado” que llevó a Jeanine Añez al mando del país en medio de un cuestionado proceso de transición.
Arce recordó que los policías, en su mayoría, son de familias humildes, es decir, hijos de quienes el exgobierno “tildaba de salvajes, sediciosos y terroristas”.
Aseguró que el daño que ocasionó el motín policial, fue la ruptura del orden constitucional y la instrumentalización política de la Policía como parte de un gobierno de facto que los enfrentó con el pueblo y que buscaba que nieguen y sientan vergüenza de sus propias raíces.
Añadió que los uniformados “nunca deben olvidar que la historia demanda estar siempre del lado del pueblo humilde y trabajador, de donde provienen y al cual pertenecen”.
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