Trinidad este domingo conmemora 334 años de fundación en medio del dolor y la angustia por el nuevo coronavirus que se cobró muchas vidas humanas, e hizo que la popular celebración de “Chope Piesta” (Gran Fiesta) de la Santísima Trinidad, pase desapercibida ya que sus habitantes están en una lucha constante frente al Covid-19.
«Hoy vivimos una Chope Piesta muy diferente, tristes, golpeados y con la tragedia más grande que estamos viviendo, contra un virus que se ha llevado muchas vidas de personas amadas, que nos está dejando heridas muy profundas», manifestó el alcalde de Trinidad, Mario Suárez en un mensaje grabado.
Sin embargo, el burgomaestre se mostró esperanzado en salir de la crisis sanitaria con la ayuda de Dios y de todos aquellos que coadyuvan la salud. Pidió no perder la fe y estar unidos ante la adversidad.
«Estoy seguro que vamos a salir de esta indeseable situación de desastre, con la ayuda de Dios y todas esas personas heroicas que hoy arriesgan su vida, día a día (…), hoy les pido que no perdamos la fe y la esperanza porque unidos vamos a vencer la batalla contra esta pandemia, que Dios nos bendiga a todos», enfatizó.
Por la pandemia, se suspendieron muchas actividades conmemorativas, entre ellas está la Entrada Folklórica Estudiantil, que concentraba más de 5.000 danzarines de unidades educativas; procesión del Santo Patrono, corrida de toros, entre otros.
ÁÑEZ
La Presidente Jeanine Añez, aprovechó la ocasión para enviar un mensaje de aliento al pueblo trinitario que sufre por la pandemia y como homenaje comprometió seguir llevando ayuda sanitaria a esa región.
«Las familias y hogares trinitarios, vivimos un momento pero muy difícil, pero hay dos cosas que no vamos a perder nunca, la fuerza para ayudarnos entre todos, y la fe en Dios para salir adelante. El mejor homenaje a la Santísima Trinidad, que yo puedo hacer en este momento, es seguir llevando medicamentos, ítems y medicinas. A pesar de los tropiezos, eso hemos hecho y eso vamos a seguir haciendo», sostuvo la Jefa de Estado
Trinidad fue fundada en 1686 por el sacerdote jesuita Cipriano Barace, es por eso que se erigió un monumento en su memoria en una de las principales avenidas de esta ciudad.
