Bismark Cuenca, un joven emprendedor boliviano, ha trazado un camino singular desde su niñez hasta convertirse en la cabeza de Ibisa Producciones, una empresa dedicada a la producción de eventos en El Alto paralelamente Ibisa Ingeniería y Construcción, una compañía constructora; y Remark, una firma textil. Además de dedicarse al rubro inmobiliario.
En una reciente entrevista, Bismark compartió sus inicios y reflexiones sobre su trayectoria. Desde pequeño, mostró una curiosidad innata por el funcionamiento de las cosas. A diferencia de otros niños que jugaban con carritos o pelotas, él desarmaba radios y experimentaba con su bicicleta, buscando siempre entender cómo funcionaban. Esta inquietud lo llevó a desarrollar habilidades prácticas desde temprana edad.
A los trece años, Bismark comenzó a emprender vendiendo discos de música que él mismo descargaba de internet. Con una visión clara y un espíritu innovador, se aventuró a venderlos en la feria local, utilizando su computadora y parlantes para atraer a los clientes. “Desde ahí empezaba a generar”, recordó con nostalgia. Su capacidad para identificar oportunidades y adaptarse a las circunstancias lo convirtió en un joven empresario en formación. Durante su etapa universitaria, Bismark continuó explorando su espíritu emprendedor. A pesar de enfrentar desafíos académicos, nunca se dio por vencido. Buscó apoyo entre sus compañeros y se dedicó a mejorar sus calificaciones. Su determinación lo llevó a cambiar de carrera varias veces hasta encontrar su verdadera pasión en ingeniería industrial.
Además de sus estudios, Bismark emprendió un negocio de lavado de autos y confección textil, siempre buscando formas de generar ingresos y aprender en el proceso. Su familia lo apoyó incondicionalmente, brindándole la libertad para tomar decisiones y aprender de sus errores. El salto hacia la producción de eventos llegó cuando decidió organizar una fiesta junto a su esposa. Sin embargo, el primer evento fue un desafío monumental. A pesar del esfuerzo puesto en la organización, enfrentaron adversidades como el mal tiempo y problemas con los artistas. La experiencia resultó en una pérdida significativa, pero Bismark no se dejó desanimar. En lugar de rendirse, vio la oportunidad de aprender y mejorar para futuros eventos. “Nunca me voy a dar por vencido”, afirmó Bismark con firmeza.
Su historia es un testimonio del poder de la perseverancia y la innovación. Con cada obstáculo superado, ha ido construyendo no solo su carrera profesional sino también un legado inspirador para otros jóvenes emprendedores bolivianos que buscan hacer realidad sus sueños. Bismark, un nombre que resuena con fuerza en la escena musical boliviana, ha transformado su pasión por la música en un imperio de eventos y producción.
Con una visión clara, Bismark comenzó como organizador de eventos, pero rápidamente se dio cuenta de que podía diversificar su negocio. Al ver la demanda de grupos musicales, decidió convertirse en promotor. “Empezamos a llamar a los grupos que habíamos presentado y comenzamos a firmar contratos”, explica con orgullo.
Este esfuerzo le permitió mantenerse a flote mientras buscaba nuevas formas de conectar con su pasión por la música. Con el tiempo, Bismark se aventuró en conciertos virtuales junto a otras productoras. “Fue una etapa muy bonita porque también empezaron otros conciertos”, menciona sobre esa época de innovación.
A pesar de las dificultades, su perseverancia lo llevó a crear grupos como Explosión Cumbiera, que rápidamente capturaron la atención del público. El proceso no fue fácil; enfrentó críticas y desconfianza desde el inicio. Sin embargo, Bismark aprendió a ver el hate como una crítica constructiva que lo impulsaba a mejorar. “El hate nos hace crecer más”, afirma con determinación.
Su enfoque en el trabajo duro y la honestidad ha sido fundamental para construir relaciones sólidas con sus clientes y artistas. A medida que Ibisa crecía, también lo hacía su ambición. Con cada nuevo grupo creado, como Cártel Cumbiero y Turrománticos, Bismark reafirmó su compromiso con la calidad y la autenticidad. “La vida no está comprada; sabemos que todo puede pasar en cualquier momento”, reflexiona sobre su camino. Finalmente, deja un mensaje claro: “Jamás se rindan. Arriesguen porque si inviertes tu tiempo en lo que realmente te gusta, no te va a pesar”. La historia de Bismark es un testimonio de perseverancia y pasión que inspira a muchos a seguir sus sueños.
