El papa León XIV expresó este viernes su preocupación por el hecho de que “quienes hoy creen en la paz” son “a menudo ridiculizados y excluidos del debate público”. Durante su mensaje, recordó a aquellos que, en medio de conflictos, trabajan para promover el diálogo, la reconciliación y la paz.
El pontífice hizo este llamamiento tras el rezo del ángelus, en el día en que se conmemora a San Esteban, reconocido como el primer mártir cristiano. León XIV instó a que el ejemplo de mansedumbre, valentía y perdón de San Esteban acompañe a quienes se dedican a fomentar el diálogo y la paz en situaciones de conflicto.
Ante cientos de personas reunidas en la plaza de San Pedro, el papa afirmó que, a pesar de las dificultades, “en todas partes del mundo existen personas que eligen la justicia, aunque cueste”. Estas personas priorizan la paz sobre sus propios temores y eligen servir a los pobres en lugar de a sí mismos.
Esperanza en tiempos difíciles
León XIV destacó que “precisamente entonces, brota la esperanza” y que, a pesar de las condiciones de incertidumbre y sufrimiento que enfrenta el mundo, “tiene sentido hacer fiesta”. Sin embargo, reconoció que “la alegría parecería imposible” en el contexto actual.
El papa subrayó que “quienes hoy creen en la paz y han optado por el camino desarmado de Jesús y de los mártires son, a menudo, ridiculizados y excluidos del debate público”. Además, mencionó que no pocas veces son acusados de favorecer a adversarios y enemigos. Sin embargo, insistió en que “el cristiano no tiene enemigos, sino hermanos y hermanas, que siguen siéndolo incluso cuando no se comprenden entre ellos”.
El misterio de la Navidad
León XIV recordó que “el Misterio de la Navidad nos trae esta alegría: una alegría motivada por la tenacidad de quienes ya viven la fraternidad”. Esta alegría se basa en reconocer la dignidad indeleble de las hijas e hijos de Dios, incluso en aquellos que son considerados adversarios.
El papa explicó que “por eso Esteban murió perdonando, como Jesús: por una fuerza más auténtica que la de las armas”. Esta fuerza, según él, es gratuita y está presente en el corazón de todos. Se reactiva y se comunica de manera irresistible cuando alguien comienza a mirar a su prójimo de otra manera, ofreciendo atención y reconocimiento.
Un llamado a la alegría
León XIV concluyó su mensaje pidiendo que “María nos conduzca a su misma alegría, una alegría que disipa todo temor y toda amenaza, así como la nieve se derrite al sol”.
Las palabras del pontífice llegan un día después de que pronunciara su primer mensaje de Navidad. En ese mensaje, pidió “justicia, paz y estabilidad para el Líbano, Palestina, Israel y Siria”, y solicitó que se encuentre “el valor para dialogar de manera sincera, directa y respetuosa” para poner fin a la guerra en Ucrania.
EFE













