Tras una coordinación de alto nivel entre las fuerzas de seguridad de Bolivia y Brasil, este miércoles se llevó a cabo la expulsión definitiva de Cleber Suárez Aulis y Luis Gustavo Sippes de Oliveira.
Ambos ciudadanos brasileños fueron entregados formalmente a la Policía Federal en el municipio fronterizo de Puerto Quijarro. Esta medida se tomó bajo una Resolución de Salida Obligatoria, fundamentada en que los individuos representaban una amenaza directa a la seguridad interna del Estado, tras confirmarse su pertenencia al Primer Comando de la Capital (PCC).
Captura y expulsión
La captura que desencadenó la expulsión ocurrió el 24 de diciembre, durante los patrullajes preventivos del plan “Seguridad y Esperanza”. Efectivos de Diprove interceptaron una camioneta Toyota Hilux negra en la zona exclusiva del Urubó, en Porongo.
Al realizar la requisa, los agentes hallaron un arsenal compuesto por 4 fusiles de guerra AK-47, cargadores, munición calibre 7.62 y equipos de comunicación. Lo más alarmante para las autoridades fue que las armas se encontraban con “bala en boca”, listas para ser utilizadas en un enfrentamiento inmediato.

Identidades y antecedentes
La verificación internacional de identidades reveló que los sujetos no eran delincuentes comunes. Cleber Suárez Aulis, de 39 años, tiene una sentencia pendiente en Brasil de 8 años de prisión por financiar e integrar organizaciones criminales.
Por su parte, Luis Gustavo Sippes de Oliveira, también de 39 años, cuenta con un amplio historial delictivo relacionado con el narcotráfico en su país de origen. Al ingresar a Bolivia de forma ilegal, sin registros en Migración, ambos buscaban evadir la justicia brasileña y establecer una base de operaciones en el departamento de Santa Cruz.
Posibles intenciones del PCC
La Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc) maneja la hipótesis de que estos miembros del PCC se encontraban en territorio boliviano con la misión de fortalecer financieramente a su organización. Según el coronel Gilmar Valencia, se sospecha que planeaban ejecutar delitos de alto impacto como secuestros extorsivos y operaciones de narcotráfico.
El uso de armamento pesado y tecnología de comunicación sugiere que formaban parte de una avanzada logística destinada a proteger cargamentos o realizar ajustes de cuentas.

Compromiso de las autoridades
El comandante departamental de la Policía, coronel Jhenky David Gómez Córdova, fue enfático al declarar que Bolivia no permitirá que facciones extranjeras utilicen el país como refugio o centro de operaciones. Actualmente, unidades de inteligencia mantienen vigilancia estricta en el eje del Urubó y los accesos principales a la capital cruceña.
Además, se está procesando el intercambio de información con Brasil para identificar a posibles cómplices que aún podrían estar en la región.
Los sujetos, vinculados a la organización criminal más grande de Brasil, fueron entregados en la frontera de Puerto Quijarro tras confirmarse su alta peligrosidad y su situación migratoria irregular.













