Bolivia cierra el año 2025 en un estado de estanflación, con una caída del Producto Interno Bruto (PIB) del 2,4% y una inflación que se aproxima al 20%. Esta información fue presentada por el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE). Gary Rodríguez, gerente general del IBCE, destacó que esta crisis es la más grave en cuatro décadas, caracterizada por déficits fiscales y comerciales que persisten en el tiempo.
Las exportaciones se estiman en 9.000 millones de dólares, mientras que las importaciones alcanzan los 10.000 millones de dólares. El sector de hidrocarburos ha sufrido una caída histórica en sus ventas, lo que agrava aún más la situación económica del país.
Caída del PIB e inflación
Rodríguez indicó que el PIB experimentó una disminución del 2,4% durante el primer semestre del año. Al mismo tiempo, la inflación ha escalado hasta casi el 20%, niveles que no se habían visto desde la crisis de la hiperinflación en los años 80. A este panorama se suman los “déficits gemelos”: un déficit fiscal que ha mostrado once años consecutivos de saldo negativo en las cuentas del Estado y un déficit comercial que se ha mantenido durante tres años, donde Bolivia compra más de lo que vende al exterior.
Proyecciones de exportaciones e importaciones
Las proyecciones del IBCE para el cierre de diciembre estiman que las exportaciones totales alcanzarán los 9.000 millones de dólares, en comparación con importaciones que se sitúan en 10.000 millones de dólares. Esto profundiza el saldo negativo en la balanza comercial. El sector de hidrocarburos, por su parte, no logró superar los 1.000 millones de dólares en ventas.
En contraste, las exportaciones no tradicionales, que incluyen agroindustria y manufacturas, han crecido un 5% en valor, consolidándose como el único motor económico con un saldo positivo en medio de esta crisis.
Factores que agravan la crisis
Rodríguez describió una “tormenta perfecta” de factores que han contribuido a esta situación. Entre ellos se encuentran los bloqueos de carreteras, la escasez de combustibles, la falta de biotecnología, el contrabando y la escalada del dólar paralelo, que llegó a tocar los Bs 20 durante el año. En relación al Decreto Supremo 5503, que eliminó la subvención a los carburantes el pasado 17 de diciembre, el directivo lo calificó como una medida “dura pero necesaria” para estabilizar la macroeconomía y detener la fuga de divisas.
Vías para la recuperación económica
Para el IBCE, la única manera de recuperar la estabilidad en el próximo año es a través de la generación genuina de dólares. Rodríguez explicó que existen cinco vías técnicas, aunque complicadas. Exportar más requiere liberar cupos y ofrecer incentivos; atraer inversión privada es crucial para la repatriación de capitales; el endeudamiento externo está limitado por el riesgo país y los plazos; reducir importaciones es complicado, ya que el 80% de estas son insumos y bienes de capital necesarios para la producción; y recibir donaciones es un escenario poco probable en el contexto internacional actual.
Unidad para salir de la crisis
Rodríguez enfatizó que “sin unidad de propósito entre el sector público y privado, será imposible salir de esta crisis”. El desafío para 2026 será transitar de la actual estanflación hacia una estabilidad con crecimiento, un camino que exige dejar de lado las confrontaciones políticas y los bloqueos que asfixian la producción nacional.













