El anuncio de la eliminación de la subvención a los hidrocarburos, oficializado mediante el Decreto Supremo 5503 la noche del miércoles, ha desatado una ola de compras nerviosas que se extiende por toda Bolivia.
Desde las primeras horas de este jueves, miles de ciudadanos se volcaron masivamente a los mercados y supermercados para abastecerse de alimentos de primera necesidad, ante el temor inminente de un incremento descontrolado en el costo de la canasta familiar.
Panorama crítico en las ciudades
El panorama es crítico en las principales ciudades. En La Paz, los artículos básicos se agotaron rápidamente en los supermercados, mientras que en zonas comerciales como la calle Antonio Gallardo se registraron aglomeraciones y tensión.
Un escenario idéntico se vivió en el Mercado Bolívar de Oruro, donde la población buscó desesperadamente proveerse de víveres antes de cualquier reajuste de precios.
Reacción de organizaciones sociales
La medida económica ha generado una reacción inmediata en las organizaciones de base. Diversos movimientos sociales y cooperativas de todo el país se han declarado en estado de emergencia este jueves, convocando a reuniones urgentes para definir acciones de protesta.
Analistas advierten que el clima de tensión actual recuerda a crisis pasadas, como cuando anuncios similares provocaron movilizaciones masivas que exigieron la renuncia de exmandatarios.
Apoyo del gobierno de EE. UU.
A pesar de la incertidumbre interna y las filas kilométricas en los mercados, el gobierno del Presidente Rodrigo Paz Pereira recibió un espaldarazo diplomático de relevancia. El gobierno de los Estados Unidos manifestó formalmente su respaldo a la decisión de retirar la subvención, calificándola como un paso necesario para el saneamiento de las finanzas del Estado boliviano.
Compras por pánico a nivel nacional
Los reportes de “compras por pánico” se han generalizado a nivel nacional. El movimiento inusual de personas y el agotamiento de productos esenciales se han registrado en ferias populares, centros de abasto y cadenas de retail en los 9 departamentos.
Mientras tanto, la especulación comienza a ganar terreno en el comercio informal debido a la alta demanda y el pánico colectivo.
